lunes, 27 de octubre de 2025
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Entonces, ¿quién es realmente el Papa León XIV?

El 23 de octubre, el Papa León XIV pronunció un discurso ante los participantes del Encuentro Mundial de Movimientos Populares, el cual traía una cuestión central detrás, que era el foco central: ¿Quién es realmente León XIV?

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Foto: Vatican News

Redacción (27/10/2025 08:50, Gaudium Press) El 23 de octubre, el Papa León XIV pronunció un discurso ante los participantes del Encuentro Mundial de Movimientos Populares, el cual ponía una cuestión central detrás, que era el foco central: ¿Quién es realmente León XIV?

Es una pregunta que prácticamente todos se han hecho, aunque sea de forma superficial, desde el comienzo de su aún muy joven pontificado, y es más que justo decir que las declaraciones de León en esa ocasión lo hicieron sonar muy parecido a su controvertido predecesor.

El discurso a los movimientos populares fue, en todos los sentidos, como una reminiscencia de un discurso del Papa Francisco. Todos los puntos fuertes del Papa sudamericano estaban presentes, desde la idea de que el centro se percibe mejor desde las periferias, hasta el apoyo de la Iglesia a las luchas de los movimientos populares por la tierra, vivienda y empleo, y la exaltación de los movimientos de base en la búsqueda de soluciones desde abajo, porque las soluciones no pueden ser prerrogativa de las élites.

Esta es la segunda vez en el último mes que León XIV “suena” como el Papa Francisco. La primera vez fue con la publicación de Dilexi Te, otra exhortación, típicamente “franciscana” en tono y enfoque. En esa ocasión, sin embargo, León XIV dejó claro que había heredado un proyecto de su predecesor y que todo debía adaptarse a un clima, un entorno y una educación diferentes.

En el caso del discurso a los movimientos populares, sin embargo, las observaciones fueron de León XIV —o al menos de sus “redactores fantasmas”—, quienes cada vez más abundan con citas del Papa Francisco, en sus discursos. Sin embargo, quienquiera que haya escrito el discurso, lo hizo aprobar y leer por el Papa, por lo que se puede asumir que León XIV estuvo de acuerdo con su contenido y tono.

El hecho es que el discurso a los movimientos populares es a la vez una continuidad y una contradicción con lo que ha sido el pontificado de León XIV hasta ahora.

Al dirigirse a los movimientos populares, León XIV eligió dirigirse a un mundo sudamericano único, que algunos han resumido como “el Foro Social llevado al Vaticano”. Lo hizo desde la perspectiva de un obispo misionero en Sudamérica. Sin embargo, él también abrazó esas luchas, recuperando la cultura original de los pueblos que participaron en los movimientos populares.

Al enviar un mensaje a las redes de pueblos indígenas y a los teólogos de la teología indígena el pasado 14 de octubre, León XIV haya efectivamente afirmado la importancia de las culturas originarias. No obstante, también subrayó que “todo nuestro discernimiento histórico, social, psicológico o metodológico encuentra su sentido último en el mandato supremo de hacer conocido a Jesucristo”.

Una referencia a Cristo es ausente en los discursos a los movimientos populares, lo cual resulta interesante, porque León XIV constantemente reitera la centralidad de Cristo en sus propios escritos y comentarios improvisados; véase, por ejemplo, su diálogo con los participantes del Jubileo de los Equipos Sinodales. Se hace referencia a la civilización del amor deseada por Jesús, pero esta civilización del amor parece tener una construcción más social que real.

Obviamente, el discurso a los movimientos populares ha despertado a quienes buscan a toda costa una continuidad entre el Papa Francisco y León XIV. Inmediatamente, se apresuraron a interpretar los comentarios a los movimientos populares como una prueba irrefutable de una continuidad perfecta, y a insistir en que quienes notaban una diferencia real entre el papa Francisco y León XIV se habían equivocado, al menos, con el hombre nuevo.

Sin embargo, las discontinuidades persisten, en los símbolos sistemáticamente negados durante el papado de Francisco, desde la muceta roja que León XIV lució desde su primera aparición en la Loggia delle Benedizioni hasta el ceremonial de Estado aceptado e implementado durante su visita al Quirinal —residencia del presidente de la República Italiana— el pasado 14 de octubre.

En el Quirinal, León XIV también había usado el título de Primado de Italia, mientras que en el libro Leo XIV: Citizen of the World, Missionary of the Twenty-First Century, el también había dado una definición de sinodalidad, lo cual demostraba que León no intentaba adoptar todas las estructuras y esquemas establecidos por el Papa Francisco con relación a los temas sinodales.

Entonces, ¿quién es realmente León XIV?

¿Es el Papa occidental consciente de los símbolos y que vive la doctrina de la Iglesia según la tradición? ¿O es el sucesor de Francisco, de alguna manera influenciado por su experiencia como obispo misionero en Latinoamérica, cuyos temas y problemas comprende muy bien? ¿Es León XIV el Papa que pone a Cristo en el centro o el Papa que reafirma su apoyo a los movimientos populares sin mencionar a Cristo?

Aquí, vale la pena hacer un paréntesis, una digresión.

Al comienzo de su pontificado, Francisco heredó la tradición de que, en cada reunión con los obispos durante sus visitas ad limina, el Papa ofrecería un discurso, generalmente preparado por la Secretaría de Estado. En el 2015, durante la visita ad limina de los obispos alemanes, el Papa Francisco pronunció el discurso que le había sido preparado, que fue publicado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, como es habitual. El discurso contenía una dura invectiva contra la Iglesia alemana, haciendo hincapié en la pérdida de fieles.

El Papa Francisco no quería atacar directamente a la Iglesia alemana. El proceso sinodal 2021-2024 fue, en gran medida, la respuesta del Papa Francisco al Camino Sinodal del Pueblo de Dios en Alemania. Francisco probablemente creía que establecer a la Iglesia en un estado sinodal permanente absorbería los estallidos progresistas alemanes.

Estaba equivocado.

Sin embargo, como resultado de esa situación, Francisco decidió parar de preparar discursos. Mantenía únicamente reuniones a puerta cerrada con los obispos, hablando con todos, evitando así textos que, redactados fuera de su círculo de fieles seguidores, pudieran traicionar su propio pensamiento.

León XIV sigue –hasta ahora– trabajando con la estructura que le precedió, con los mismos “escritores fantasmas” del Papa Francisco, con un mundo que, hoy, no quiere dar un paso atrás, porque cualquier paso atrás significaría un truncamiento si no una traición al trabajo que han adelantado.

León aún no cuenta con su propio equipo de escritores. En realidad, no tiene un equipo. Es fácil para el Papa, ante tantos problemas, confiar simplemente en un texto escrito, con o sin revisión o edición previa.

La pregunta inicial sigue siendo: ¿Quién es realmente León XIV? Las decisiones gubernamentales aún no lo han definido —solo se ha elegido a un jefe de dicasterio, el obispo Filippo Iannone, quien lo sucedió en el Dicasterio de los Obispos—, mientras que su relación con los medios de comunicación parece peligrar cada vez que el Papa improvisa.

León XIV es un papa de nueva generación, pero a veces se encuentra pensando como la generación anterior. ¿Qué hará León XIV para tener su propio equipo, incluyendo a quienes escriben sus discursos?

Esa es la cuestión.

Por Andrea Gagliarducci

(Nota publicada originalmente en Monday Vatican, 27-10-2025)

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