Episcopado se pronuncia sobre masacre en prisión en Guayaquil – Ecuador

Tras un amotinamiento en la Penitenciaría del Litoral, saldo es de 118 muertos y 86 heridos.

Redacción (04/10/2021 15:01, Gaudium Press) Lo que ocurrió en la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil-Ecuador, conmovió al mundo entero, en un motín que inició el martes pasado, prolongándose por varios días, y que deja un saldo de 118 muertos y 86 heridos. Fue un motín, pues se sublevaron contra la autoridad penitenciaria y estatal, pero todo comenzó al parecer como un enfrentamiento entre bandas.

Según el comandante de la Policía Fausto Buenaño, algunos de los muertos presentaba “impactos de proyectil de armas de fuego y también por granadas”, armas que circulaban en la prisión. Esta capacidad hacía más difícil el retomar el control del penal, pues “nuestros efectivos entran con escudos y sin armas”, aseguró el mismo comandante de Policía.

El presidente ecuatoriano Guillermo Lasso, ante el tamaño de lo que ocurría, decretó el estado de excepción en el sistema penitenciario, suspendiendo muchos derechos de los prisioneros, buscando así también otros amotinamientos. Pero Lasso también prometió un plan de inversiones por más de 70 millones de dólares, para un sistema carcelario que está sobre-poblado.

Comunicado de la Conferencia Episcopal

Ayer la Conferencia Episcopal Ecuatoriana emitió un pronunciamiento en el que hacen “un llamado a los hombres y mujeres de buena voluntad a valorar la vida humana, a tomar conciencia de que el ser humano no es un objeto desechable o descartable, algo que se puede usar y botar”.

Para los obispos, “el alto número de fallecidos “es un precio muy grande para mantener un negocio de muerte y dejar impasible a una sociedad que se siente temerosa, acongojada e impotente; que corre el peligro de exigir más muertes pensando con ello en su seguridad individual”.

Manifestaron los prelados su solidaridad con las familias de los fallecidos y ofrecieron su acompañamiento “moral y espiritualmente para que vivan estos momentos de duelo con fe y paz y puedan perdonar a quienes acabaron con sus existencias”.

Los obispos también hicieron un llamado a la reflexión, sobre los tumbos de la sociedad, y la necesidad de la construcción del bien común.