El Espíritu Santo está íntegramente en todo el Cuerpo Místico, íntegramente en todo justo, y ejerce sus altísimas funciones en el alma santa del Salvador, y por ella en nosotros.
Redacción (30/05/2023 11:29, Gaudium Press) “El Espíritu Santo es el alma del Cuerpo Místico del cual Cristo es la cabeza. Y así como en nuestro cuerpo el alma está toda en todo el cuerpo y toda en cada parte, y ejerce sus funciones superiores en la cabeza, así el Espíritu Santo está todo en todo el Cuerpo Místico, todo entero en cada justo, y ejerce sus funciones más altas en el Alma Santa del Salvador, y por ella en nosotros.
El principio vital que así realiza la unidad del Cuerpo Místico es singularmente más unitivo que el alma que realiza la unidad de nuestro cuerpo, y que el espíritu de una familia o de una nación.
El espíritu de una familia es una cierta manera de ver, juzgar, sentir, amar, querer, actuar. El Espíritu del cuerpo místico es infinitamente más unitivo; es el Espíritu Santo santificador, fuente de todas las gracias, fuente de agua viva que fluye para la vida eterna. El río de gracia que brota del Espíritu Santo retorna incesantemente a Dios en forma de adoración, oración, mérito y sacrificios; es la elevación a Dios, el preludio de la vida del cielo.
Tales son las realidades sobrenaturales de las que debemos tomar cada vez más conciencia, y es sólo de forma mística que el alma despierta plenamente y tiene la conciencia viva, profunda y luminosa que es preciso tener para responder plenamente al amor de Dios por nosotros”.
GARRIGOU-LAGRANGE, Reginald. Las tres edades de la vida interior. São Paulo: Cultor de Livros, 2018, p.117.
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