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Países como Inglaterra y República Checa alivian las medidas.
Redacción (19/01/2022 23:00, Gaudium Press) Los días pasan, las variantes Covid continúan variando, y las medidas también. Hace pocas horas los medios europeos noticiaban que un mandato de vacunas en República Checa, que obligaba a profesionales clave y mayores de 60 años a vacunarse, ha sido eliminado para evitar “fisuras más profundas” en la sociedad, según afirma The Guardian.
En la hierática Inglaterra también cambian las medidas gubernamentales para enfrentar la pandemia.
Movido en parte por la indignación pública, que reprocha al Primer ministro Johnson la asistencia a una fiesta en plena prohibición, el ministro acaba de anunciar que pronto el gobierno pondrá fin al auto-aislamiento obligatorio para casos positivos de Covid, probablemente el próximo 24 de marzo. Y que desde el 27 de enero el uso de la mascarilla ya no será obligatorio, no se recomendará oficialmente el teletrabajo y no se exigirá el pase sanitario para tener acceso a los locales nocturnos y a determinadas reuniones multitudinarias.
“Debemos aprender a convivir con el Covid de la misma forma que lo hacemos con la gripe”, dijo el ministro británico de Sanidad británico Sajid Javid, después de los anuncios de Johnson.
También es bastante probable que el gobierno de ese país elimine pronto la necesidad de presentar una prueba de Covid a quienes regresen del extranjero.
Las restricciones para viajeros por Covid a nivel mundial varían, desde cinco países que no permiten la entrada de nadie o casi nadie, Afganistán, Laos, Myanmar, Papúa Nueva Guinea y Corea del Norte, hasta algunos como El Salvador o México, que levantó restricciones al inicio del año, a los que parece pues que Gran Bretaña se sumará prontamente.
Nueva normatividad vaticana desde el 23 de noviembre
En sentido diverso a los países que levantan restricciones, el Vaticano desde el pasado 23 de diciembre solo permite entrar en las oficinas de la Curia a quienes cuenten con certificado de vacunación o recuperación de Covid. Esas disposiciones se aplican a “todo el personal de los Dicasterios, organismos y oficinas de la Curia Romana y de las Instituciones relacionadas con la Santa Sede, y se extiende también a los colaboradores externos, al personal de empresas externas, a los visitantes y a los usuarios”, según expresa Vatican News.
Además, con el “progresivo agravamiento de la situación de emergencia sanitaria”, de acuerdo a las últimas disposiciones vaticanas, desde el próximo 31 de enero de 2022, las reglas se endurecerán aún más. A todo aquel que trabaje con el público en el Vaticano, se le exigirá “que acredite que han recibido una vacuna de refuerzo tras el ciclo primario”, refuerzo que se conoce en su término inglés como booster, después del 120º día de la segunda dosis. Eso incluye a todos los empleados del Vaticano, incluso de las zonas extraterritoriales. Quien no se justifique será considerado ausente injustificado. O sea quedará dispensado.
El último decreto vaticano al respecto, afirma igualmente que las medidas ya definidas se entienden sin perjuicio de otras restricciones que se puedan imponer a personas procedentes de países con alto riesgo de contagio.
También se estableció que en el territorio vaticano todos deben utilizar un tipo de máscara específico, a FFP2, aunque el proprio Papa, como comentan graciosamente, es primer “violador” de esta regla. Es necesario aclarar que la regla vaticana es más exigente que la italiana, la cual obliga la utilización de este tipo más costoso de máscaras solo en algunos lugares.
Las multas previstas en caso de violación de las reglas emanadas por el Gobierno Vaticano varían entre 25 y 1500 euros.
En suma, como se puede comprobar por el Mapa de Restricciones de Covid del International Air Transport Association (IATA) – que no contiene aún esos datos específicos de la nueva normativa vaticana, limitándose a repetir la normativa italiana –, el Estado del Vaticano es el más riguroso de Europa y es uno de los más rigurosos del mundo en materia de limitaciones contra la pandemia: es uno de los pocos que exigen explícitamente la tercera dosis incluso para los lugares de trabajo y un único y específico tipo de máscaras a utilizarse por toda parte.
Para acceder a las misas en la Basílica San Pedro no es necesario el pasaporte de vacuna. Al menos por ahora.
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