Representa “un daño mortal a la Orden Jesuita, pero más aún a la Santa Madre Iglesia”, advierte también el P. Matarazzo.
Redacción (12/12/2022 12:11, Gaudium Press) Sobre el caso del P. Iván Rupnik ha hablado otro jesuita, el P. Gianfranco Matarazzo, antiguo superior de la Provincia Euro-Mediterránea de la Compañía de Jesús, en términos nada elogiosos sobre la forma como se ha tratado últimamente la cuestión.
Como se recordará, circularon en días pasados informaciones acerca de un posible levantamiento de excomunión al sacerdote Iván Rupnik a inicios de año por parte del Papa, después de la supuesta condena de un tribunal eclesiástico por violación del canon 977 del Código Canónico, que trata de la absolución sacramental a un cómplice en pecado contra el sexto mandamiento.
Tras esas informaciones, la Compañía de Jesús emitió un comunicado afirmando que se habían recibido denuncias contra el sacerdote en el 2021 por “su modo de ejercitar el ministerio”, que se había nombrado un investigador religioso externo a la compañía, y que los resultados de esa investigación habían sido enviados al Dicasterio de la Doctrina de la Fe, el cual –en octubre pasado– concluyó que los hechos material del inquérito ya habían prescrito. El comunicado de la Compañía expresa que en los hechos investigados “no hay menores involucrados”, pero no menciona más sobre la sustancia o los resultados de la investigación. Al tiempo, órganos como Aciprensa replicaron informaciones de una fuente, diciendo que las presuntas víctimas serían al menos nueve mujeres, que denunciaron los hechos al comisario de la Comunidad Loyola, quien realizó una visita canónica a dicha comunidad y aún es comisario de la misma. La Comunidad Loyola fue fundada por una religiosa de quien el P. Rupnik era amigo y padre espiritual.
Los cuestionamientos
Vienen ahora las declaraciones del P. Matarazzo, también reportadas por Aciprensa, quien manifiesta claramente su inconformidad con el manejo interno dado al asunto:
“Hoy con el ‘caso Rupnik’ nos aferramos a la ‘prescripción’ y a esperar que todo pueda detenerse ahí. ¿Está el Señor llamándonos a este enfoque?”, se pregunta el P. Matarazzo.
El presbítero, que es también delegado para el apostolado social y los abusos en la Iglesia siciliana afirmó que “el ‘caso Rupnik’ es un tsunami de injusticia, falta de transparencia, gestión cuestionable, actividad disfuncional, trabajo personalizado, comunidad apostólica sacrificada al líder y trato desigual”.
El P. Matarazzo etiqueta el asunto como “un caso ejemplar de justicia negada”, y advierte del daño a la propia orden fundada por San Ignacio y al prestigio de la Iglesia: Es “un daño mortal a la Orden Jesuita, pero más aún a la Santa Madre Iglesia”.
Sugiere el sacerdote, una política de mayor transparencia, que se convoque a una rueda de prensa donde se respondan “las preguntas de forma transparente, sin tener que hacer añadidos porque les obliguen”.
Invita el P. Matarazzo al reconocido P. Hans Zollner, también jesuita y miembro de la Pontificia Comisión para la protección de menores, la cual también busca la protección de los “adultos vulnerables”, a que se pronuncie sobre el particular.
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