La consagración es una “respuesta colectiva de fe y esperanza” ante los desafíos que enfrenta el mundo.
Redacción (29/04/2025, Gaudium Press) En el día de ayer, 27 de abril de 2025, coincidiendo con el Domingo de la Divina Misericordia, Filipinas se convirtió en la primera nación del mundo en consagrarse íntegramente a Jesús de la Divina Misericordia. Este acto histórico, aprobado por el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Católica de Filipinas (CBCP), se llevó a cabo durante todas las Misas celebradas en el país ese día, en el marco del Año Jubilar 2025.
El cardenal Pablo Virgilio David, presidente de la CBCP, describió la consagración como una “respuesta colectiva de fe y esperanza” ante los desafíos que enfrenta la nación y el mundo, incluyendo la amenaza de conflictos globales, la corrupción, la erosión de la verdad y la oposición a las enseñanzas de la Iglesia sobre la vida y la familia, reporta Infocatólica.
La consagración fue impulsada por el padre James Cervantes, de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción, quien envió una carta a los obispos filipinos proponiéndola. La propuesta fue acogida con entusiasmo y rápidamente se extendió por todo el país.
Durante las celebraciones se recitó una oración de consagración en lugar de las oraciones de los fieles, en la que se pedía a Jesús misericordia por los pecados cometidos contra la verdad, la justicia, la fraternidad humana, la vida y la familia. La oración expresaba la entrega total de la nación a la protección y cuidado misericordioso de Dios.
Para preparar a los fieles, el padre Cervantes lanzó una serie de 14 videos a través de la página de Facebook de Marian Helpers Philippines, con el objetivo de formar espiritualmente a la nación antes del acto de consagración.
Filipinas alberga la mayor celebración de la Divina Misericordia del mundo, reuniendo a más de 57.000 peregrinos en el Santuario Arquidiocesano de la Divina Misericordia en Misamis Oriental. Esta devoción, inspirada en las revelaciones de Santa Faustina Kowalska y promovida por San Juan Pablo II, ha encontrado un profundo arraigo en la piedad popular del país asiático.
Con información de Infocatólica.
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