Filipinas: procesión contra la legalización del divorcio

“El matrimonio es una llamada a entregarse al cónyuge tan plenamente como Cristo se entregó a la Iglesia”.

Redacción (29/07/2024, Gaudium Press) Millares de fieles salieron a las calles de Cebú, Filipinas, para rezar el Rosario el pasado sábado 27 de julio, en protesta contra la posibilidad de legalizar el divorcio en el país. La procesión, de más de una hora de duración, partió del Círculo Fuente Osmeña, finalizando en la Basílica Menor del Santo Niño de Cebú, donde el Arzobispo José Palma celebró una misa al aire libre.

Mons. José Palma había dicho que el evento fue “una acción de gracias al Señor por el don de la familia, el don del sacramento y el don de tantos que se convirtieron en testigos del matrimonio, que contribuye al bienestar de muchas familias”.

Filipinas es el único país del mundo donde el divorcio no está legalizado, además del Vaticano. Sin embargo, en mayo, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley para legalizar el divorcio. Actualmente se encuentra en la segunda cámara del parlamento para deliberación.

A principios de julio, la Conferencia Episcopal se había pronunciado claramente en una carta pastoral contra la legalización del divorcio. La Archidiócesis de Cebú ya había recogido 157.000 firmas contra la enmienda prevista a la ley y las entregó al Senado de Filipinas.

La procesión finalizó con la Celebración Eucarística. En su homilía, Mons. Palma, afirmó que existen desafíos en el matrimonio, “pero no podemos cerrar los ojos ante las muchas alegrías sencillas que experimentan las parejas. No siempre hay peleas y problemas. También miramos la alegría y la belleza de la familia y sólo podemos agradecer a Dios”.

“Para las parejas que dicen que es difícil: ¿Alguna vez han tratado de acercarse a Dios? Quisiera creer sinceramente que la gracia de Dios es suficiente, ya sea en el sacerdocio o en la vida matrimonial”, enfatizó el arzobispo.

Mons. Palma reconoció que las parejas enfrentan problemas en el hogar, pero los animó a buscar formas de reconciliarse y pensar en sus hijos.

El arzobispo llamó a los fieles a luchar para defender la familia: “Sí al matrimonio y a la familia: no al divorcio”.