Francisco García Léon, martirizado por llevar el escapulario

Fiel al uso del escapulario, el joven Francisco fue condenado a prisión donde fue martirizado. Francisco García Léon es uno de los beatos más jóvenes de la Guerra Civil española.

Redacción (26/10/2021 10:48, Gaudium Press) Entre los 128 nuevos beatos españoles recientemente beatificados, destaca el firme joven Francisco García Léon. Este chico de 15 años era el más joven de todos y murió en la persecución religiosa que tuvo lugar durante la Guerra Civil española.

Francisco era uno de los pocos jóvenes de su pueblo que seguía asistiendo a misa todos los días y comulgando a pesar de que la persecución se tornaba cada vez más feroz.

Raíces católicas

Hijo de familia católica y de buenas condiciones dedicada a la agricultura, Francisco tuvo una piedad especial desde muy pequeño: aprendió muy joven las oraciones que le enseñaban sus padres, asistía con frecuencia a la Misa, se confesaba y comulgaba siempre que podía.

Sin embargo, lo que más impresiona en la vida de Francisco es su relación con la Orden del Carmelo. De hecho, pocos días después de su nacimiento, el pequeño Francisco fue bautizado en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen.

A la edad de 8 años recibió a Jesús Eucarístico por primera vez en la fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Forjó vínculos aún más fuertes con esa comunidad cuando los carmelitas se establecieron en su ciudad, Montoro.

Allí mostró especial dedicación a la enseñanza de niños necesitados y a los más diversos servicios de la parroquia. También fue elegido presidente de la Juventud Católica de Montoro.

La persecución religiosa llega a tu ciudad

Su relación con Nuestra Señora del Monte Carmelo sería absolutamente fiel, llegando hasta el derramamiento de sangre. De hecho, cuando los comunistas tomaron Montoro, muchos ciudadanos fueron arrestados.

Un día, uno de los milicianos vio que el joven Francisco llevaba un escapulario. Francisco fue amenazado con la cárcel si no se deshacía de ese valioso objeto de piedad que llevaba. Como el joven se negó, la milicia lo arrestó.

Dos días después, la ciudad estaba a punto de caer en manos de los nacionalistas. Entonces la milicia decidió matar a todos los prisioneros. Irrumpieron en la prisión portando armas de fuego, dinamita y hachas y asesinaron a todos los que estaban allí.

Así, vestido con el escapulario del Carmelo, Francisco se presentó a la Reina del Carmelo, a la edad de 15 años y 7 meses.

Solo dos días lo separaron de la vida. Pero esos dos días lo llevaron a la feliz eternidad, eternidad que ya era vislumbrada por unos ojos decididos, firmes, serios, los ojos de un niño que no temía el martirio.

(FM)