viernes, 22 de noviembre de 2024
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George Weigel arremete contra artículo estilo ‘woke’ de Cardenal McElroy

Weigel se hizo famoso universalmente por su best seller “Testigo de la Esperanza, libro biográfico sobre San Juan Pablo II.

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George Weigel – Foto: Slowking en Wikimedia Commons GFDL 1.2

Redacción (09/02/2023 15:40, Gaudium Press) Cristo era ¿inclusivo o exclusivo?

Es ese el análisis de fondo que hace George Weigel para Denver Catholic, y que en versión en español publica Agencia Católica de Noticias, a raíz de unas recientes declaraciones del Cardenal Robert McElroy en la revista America, que manifiestan según el parecer de Weigel “la sensibilidad de la obsesión de la cultura woke por la ‘inclusión’ ”.

“El artículo [de McElroy] sugiere, aunque elípticamente, que la preocupación por la inclusión mantiene abiertas la cuestión de la ordenación de mujeres al sacerdocio ministerial y la de la licitud moral de la práctica homosexual. Pero eso no es lo que enseña la Iglesia católica. ¿Cómo puede pensar otra cosa un hombre inteligente que ha jurado solemnemente hacer suya esa doctrina y defenderla?”, expresa Weigel.

“Al igual que la cultura woke contemporánea, el artículo del cardenal parece considerar la ideología de género como una forma secular de la verdad revelada. Lo cierto es que las teorías en torno al ‘género’ como una construcción social y a la ‘fluidez de género’ contradicen rotundamente la divina revelación: ‘Hombre y mujer los creó’ ” (Gén 1, 27), agrega George Weigel, afamado escritor y politólogo católico americano, autor de Testigo de la Esperanza, libro biográfico sobre San Juan Pablo II.

La Iglesia es sí universal

De hecho, la Iglesia Católica se define a sí misma como universal (católica), en su deseo de abrazar a todos los pueblos con su misión evangelizadora, “pues el Señor nos ordenó: ‘Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos’ (Mt 28, 19). Y hay una realidad eclesial fundamental que queda definida por una cierta forma de inclusividad: ‘Cuantos habéis sido bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo. No hay judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús’ (Gál 3, 28-29). Además, el Señor llama a la Iglesia a servir a todos, no solo a sus miembros”, dice Weigel.

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Foto: Ethics and Public Policy Center

Sin embargo, si “ ‘inclusión’ significa aceptar la definición que cada cual da de sí mismo como si fuese coherente con la realidad, incuestionable en sí misma y por tanto de obligada ratificación”, Weigel expresa “que Nuestro Señor Jesucristo practicó ocasionalmente alguna importante exclusión. Como su exclusión de la bienaventuranza para un tipo de pecadores: ‘El que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás’ (Mc 3, 29). Y su condena de la falta de compasión: ‘Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles’ (Mt 25, 41). Y el destino que aguarda a quien escandaliza al inocente: ‘Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar’ (Lc 17, 2). Y su determinación de ‘prender fuego a la tierra’ (Lc 12, 49) y quemar todo lo que sea contrario al Reino de Dios”.

Remata Weigel su nota expresando que esa moda de la “inclusionmanía” está bien resumida en el concepto de libertad “de Frank Sinatra: “I did it ‘my way’ [Lo hice a mi manera]. Quemar incienso en el altar de ese infantilismo no va a conducir a los hombres a ese Cristo que unió la libertad a la verdad: ‘Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres’ (Jn 8, 32). La Iglesia católica es una comunión de hombres y mujeres que, con sus debilidades humanas, afrontan las vicisitudes de la condición humana. Pero esa comunión de discípulos ha recibido del Señor mismo las verdades realmente liberadoras, verdades que no se someten a la aprobación o desaprobación de grupos de discusión. Como el autor bíblico recordaba a sus lectores (y a nosotros): ‘No os dejéis arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas’ (Hebr 13, 9) que pongan en peligro la evangelización”.

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