La Iglesia Católica celebra hoy, 3 de noviembre, la memoria litúrgica de San Martín de Lima, el santo de la escoba y patrón de los barberos.
Redacción (03/11/2022 11:05, Gaudium Press) Nacido en Lima, Perú, en el año 1579, San Martín desde su infancia tuvo un especial aprecio por los enfermos y los pobres. A los 15 años ingresó como terciario en el convento de los dominicos, emitiendo sus votos religiosos a los 24 años.
San Martín obró algunos milagros de curaciones instantáneas. En algunos casos, su sola presencia era suficiente para que los enfermos terminales comenzaran a recuperarse. Hay informes de personas que afirman haberlo visto en dos lugares diferentes al mismo tiempo.
El 3 de noviembre de 1639, después de besar un crucifijo con gran alegría, San Martín entregó su alma a Dios. El Santo es recordado siempre acompañado de una escoba, símbolo de su humilde servicio.
En su canonización, realizada en 1962, el Papa San Juan XXIII expresó su deseo de que “el ejemplo de Martín enseñe a muchos cuán feliz y maravilloso es seguir las huellas y obedecer los divinos mandamientos de Cristo”.
Frases de San Martín de Lima
01 – “Estoy contento en este estado, porque en el servicio de Dios no hay inferiores ni superiores, y es mi deseo imitar en lo posible a Nuestro Señor, que se hizo servidor por nosotros”.
02 – “No aspires a la grandeza a los ojos de los hombres, sino trata, sobre todas las cosas, de ser grande a los ojos de Dios”.
03 – “No te quejes, eso demuestra insatisfacción con la Voluntad de Dios en el momento presente. Esto también es evidencia de impaciencia”.
04 – “Considera siempre a los demás como más santos y dignos que tú, al mismo tiempo, esfuérzate por ser tan santo como puedas”.
05 – “La santidad es el reflejo de su perfecta humildad”.
06 – “Donde hay Fe, hay amor. Donde hay amor, hay paz. Donde hay paz, allí está Dios. Y donde está Dios, nada falta”.
Oración a San Martín de Porres
San Martín de Lima, en oración, elevamos a Vós nuestros corazones llenos de confianza y devoción.
Seguros de vuestra ilimitada y útil caridad para todos los estamentos de la sociedad y también de vuestra mansedumbre y humildad de corazón, os ofrecemos nuestras súplicas. Derrama en nuestras familias los preciosos dones de tu solícita y generosa intercesión.
Muestra a las personas de todas las razas y colores los caminos de la unidad y la justicia. Implora a nuestro Padre que está en los cielos que venga su reino, que por la mutua benevolencia en Dios los hombres puedan aumentar los frutos de la gracia y merecer las recompensas de la vida eterna. Amén. (EPC)
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