Paulino nació en Burdeos en el año 353, hijo de un gobernador y de familia muy rica.
Redacción (22/06/2020 08:19, Gaudium Press) Hoy celebramos la vida de un santo que ha sido muy comentada, al que se le tiene mucha devoción, para beneficio de los cristianos, la vida de San Paulino de Nola.
Hijo de un gobernador
Paulino es francés; nació en Burdeos en el año 353, hijo de un gobernador y de familia muy rica. Recibió una gran educación civil, y aún siendo jóven, la gente se encantaba con sus estilos para hablar y escribir.
Siguiendo los pasos de su padre, fue nombrado en altos cargos de la administración, viajó por muchos lugares. En Milán conoció al gran San Ambrosio, a la luminaria San Agustín. Trabó correspondencia con el fuerte San Jerónimo.
El obispo de Burdeos, San Delfín, fue también su amigo. Él lo entusiasmó en la religión de Cristo y lo bautizó.
Fue un día a trabajar en España, y allá conoció a una piadosa mujer llamada Teresa con quien se casó. Tuvieron un hijo que sólo vivió ocho días, lo que fue ocasión para que Paulino y Teresa se decidieran a vivir sólo como hermanos. Y también para vender las riquezas que ahí tenían.
Casado, viviendo con su mujer como hermano, y hecho sacerdote
Pero la vida de este gran hombre era ya reconocida como de tanta virtud, que el pueblo pidió insistentemente al obispo de Barcelona que lo ordenara sacerdote, cosa que hizo el obispo, aunque Paulino seguía casado, pero ya vivía como hermano con Teresa.
Aún le quedaban algunas posesiones en Nola – Italia, a Paulino y Teresa, y se fueron a vivir allá. Ya en Nola, junto a la tumba de San Félix, construyeron una sencilla casita, donde vivían como verdaderos monjes.
La primera vez que fue a Roma, el Papa no lo recibió bien, porque no le gustaba que hubiese sido ordenado siendo casado. Pero el Papa siguiente sí reconoció la grandísima virtud de nuestro santo.
Aún poseía bienes Paulino, los que repartía con mucha caridad entre los pobres. Construyeron él y Paulina un hermoso templo a San Félix, en Nola, siendo San Félix el santo más venerado en la región.
Se dice que San Paulino fue el inventor de las campanas: un día se le ocurrió convocar a los vecinos a una reunión con un intrumento de metal que retumbaba a lo lejos; y como esa región de Italia se llamaba Campania, el instrumento se comenzó a llamar campana.
Aclamado por el pueblo para que fuera obispo
Cuando en el año 409 muere el obispo de Nola, la propia aclamación popular hizo que San Paulino fuese el nuevo obispo. Desde ese momento, y hasta su muerte en el año 431, vivió para cuidar de su grey y para formar sus sacerdotes.
Escribió muchas cartas y poesías.
Al final de su vida ya no tenía riquezas, pues las había repartido todas.
Cuando los vándalos de Gensérico invadieron Nola en el año 410, los bárbaros tomaron como rehén al hijo único de una pobre viuda desconsolada: el propio obispo se ofreció como rehén para reemplazar al joven, y luego ocurrió un gran milagro, y es que el corazón de los bárbaros fue tocado por Dios, y devolvieron en barco, no solo a San Paulino, sino a todos los prisioneros que habían raptado en Nola.
Un día el ecónomo le avisa a nuestro obispo santo y ya moribundo que se debían 40 monedas de unas telas que se habían comprado para vestir a los pobres. San Paulino entonces se dirigió al cielo y dijo: “Dios proveerá”. Pocos minutos después llegó un mensajero que traía un envío destinado a los menesterosos: en ese paquete había 40 monedas de plata. “Bendito sea Dios que nunca me falló en nada”, dijo San Paulino.
Muerte el Obispo Santo de Nola en el año 431, y fue sepultado en la iglesia de San Félix. La cantidad de milagros obtenidos por su intercesión, lo ha hecho más popular que al propio San Félix.
Con información de Catholic.net y EWTN
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