Nace nuestro santo de hoy en Cremona, Italia, en 1502, adonde regresaría para morir el 5 de julio de 1539. Vivió sólo 37 años.
Redacción (05/07/2020 11:07, Gaudium Press) Nace nuestro santo de hoy en Cremona, Italia, en 1502, adonde regresaría para morir el 5 de julio de 1539. Podemos ya ver en estas fechas algo particular de este santo, y es que Dios lo tuvo muy poco tiempo en esta tierra, sólo 37 años.
Nace de una mujer muy católica, Antonieta Pescaroli, que para dedicarse enteramente a la educación de su hijo, rechaza un buen partido, pues había quedado viuda siendo joven.
Quiso estudiar medicina Antonio María. Pero desde muy chico tenía una gran propensión a la fe y la piedad. Siendo joven consagró su virginidad a María Santísima. A medida que iba estudiando para curar los cuerpos, – pues se graduó como médico en Padua – se le fue tornando claro que lo que quería de fondo era curar las almas. Por ello, cuando termina los estudios para médico, inicia los estudios para el presbiterado, una carrera, la eclesiástica que era despreciada entonces, pero a la que San Antonio María daría en su corazón el grandísimo valor que merece.
En sus estudios para el sacerdocio, se entusiasmó principalmente con la figura y la doctrina contenida en las cartas del gran Apóstol de los gentiles: los temas allí inspiradamente tratados, como libertad y gracia, virginidad, cuerpo místico de Cristo, locura por Cristo crucificado, desprecio del mundo, y etc., fueron impregnándolo a medida que los iba meditando en San Pablo. Después, mucho recomendaría la lectura de los textos paulinos.
Sólo fue 11 años sacerdote, hasta que le llegó la temprana muerte. Pero mucho hizo en su corto ministerio.
Los viernes a las 3 pm, hacía que se tocasen las campanas de su iglesia para recordar a los hombres la gran epopeya de la pasión de Cristo. Fue un gran impulsado de la devoción de las 4o horas, en las cuales, una vez por año, se adora a Jesús Sacramentado por 40 horas seguidas.
Trasladado a Milán, fundó allí una comunidad dedicada a la reforma del clero y del pueblo, los Clérigos de San Pablo, que sería más conocida después como los “barnabitas”, pues vivían en el convento de San Bernabé.
El demonio se pisa la cola
Se lanzaron los primeros barnabitas a predicar en las calles de Milán, causando el escándalo y la persecución de algunos (el demonio siempre se ‘escandaliza’ ante las obras buenas), por lo que se promovieron causas contra la nueva asociación en el senado y en la curia episcopal de Cremona. Pero literalmente “el demonio se pisó la cola”, y esos procesos concluyeron en una bula del Papa Paulo III, que en el año 1539 puso a la nueva congregación bajo la protección de la Santa Sede.
También trasformó San Antonio María Zaccaría un instituto que había sido erigido por la condesa Luisa Torrelli de Guastalla, lo convirtió en monasterio de religiosas que tomará el nombre de Angelicus, y que también obtuvo la aprobación de Paulo III.
También fundó una Congregación para los matrimonios, que buscaba la reforma cristiana de las familias. De las obras fundadas por San Antonio María Zaccaría, San Carlos Borromeo diría que “son la ayuda más formidable que he encontrado en mi arquidiócesis”.
Preparó San Antonio María la verdadera reforma de la Iglesia que sería sellada en el Concilio de Trento, poniendo obstáculo insalvable a la difusión del protestantismo.
Fue canonizado el 27 de mayo de 1870 por León XIII.
Con información de EWTN y Catholic.net
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