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No era el candidato de la nobleza romana. Por eso cuando es elegido Pontífice, se empiezan a urdir siniestras tramas en su contra.
Redacción (12/06/2020 07:27, Gaudium Press) San León III fue el 96º Papa, que gobernó la Iglesia de 795 a 816. No se sabe exactamente la fecha de su nacimiento, pero sí se conoce que era romano, y que cuando fue elegido Pontífice era Cardenal de la Iglesia de Santa Susana, además de jefe del tesoro pontificio.
Elegido al día siguiente de la muerte de su antecesor, León enseguida escribió a Carlomagno, y le envió las llaves de la confesión de San Pedro y el estandarte de la ciudad, poniendo así la Iglesia romana bajo la protección del rey de los francos.
Atentado contra el Papa
Pero ocurrió que parientes del anterior Papa, Adriano I, no querían en absoluto el gobierno del nuevo Pontífice, y por ello tramaban toda clase de intrigas contra León. Un día, cuando el Papa se dirigía a la Puerta Flaminia, fue atacado por unos hombres que quisieron arrancarle la lengua y sacarle los ojos. El Pontífice quedó muy mal herido pero de una manera que muchos tildan de milagrosa se curó, mientras halló refugio en el monasterio de San Erasmo, en el Celio.
Tan pronto pudo huyó a encontrarse con Carlomagno en Paderborn. Allá, los enemigos de León habían susurrado al oído de Carlomagno que el Papa era adúltero, pero Carlomagno no lo creyó, y no aceptó la deposición del Pontífice, es decir, lo seguía reconociendo como Papa.
San León regresa a Roma triunfante
Después de algunos meses de permanencia en Alemania, San León III regresa a Roma con grandes manifestaciones de júbilo de los habitantes. Los enemigos del Papa recibieron justo castigo y fueron enviados como prisioneros a Francia. El propio Carlomagno fue en el año 800 a la Ciudad Eterna, y se presenció un cara a cara entre los enemigos del Pontífice que restaban y León. Aunque los obispos dijeron que nadie era competente para juzgar al Papa, San León así lo quiso, quedando demostrada su inocencia. Sólo por su bondad, a sus acusadores se les conmutó la pena de muerte por la de destierro.
Coronación de Carlomagno como emperador
El día de navidad de ese año 800, Carlomagno y San León se vuelven a reunir y viendo a Carlomagno de rodillas en la Confesión de San Pedro le ciñe el Papa la corona de Emperador de los romanos. La muchedumbre que ahí se encontraba aclama el gran acontecimiento: “¡A Carlos, el más pío Augusto, coronado por Dios, a nuestro grande y pacífico emperador, larga vida y victoria!”. Se restauraba así el imperio romano de Occidente.
Pero San León quería también la unificación de los dos imperios, el de Oriente y Occidente y por ello quiso el matrimonio del nuevo emperador con la princesa de Oriente Irene; pero esta fue destronada y se impidió que este impresionante plan pudiese ser realizado.
San León III volvió a cruzar los Alpes para encontrarse con Carlomagno en el 804. La armonía entre el Papa y el Emperador era grandiosa. Entre ellos trataban asuntos de España, de la misma Alemania, de Inglaterra, de toda la Cristiandad no sólo en el campo religioso sino también en el civil.
Protegió San León a monjes de Constantinopla que estaban siendo perseguidos por el emperador Constantino IV. Los monjes habían condenado un nuevo matrimonio no legítimo del emperador y por eso estaban siendo fuertemente acosados por el monarca.
Sumando sus fuerzas a las de Carlomagno, San León contuvo las violentas incursiones sarracenas, manteniendo una flota a tal efecto.
Muere Carlomagno; nueva conspiración contra León
Muerto Carlomagno, se forma una nueva conspiración contra el Papa, pero esta vez logra contenerla antes de que estalle. Luego tiene que enfrentar una revuelta de nobles de Campania, que es vencida por el duque de Spoleto.
Con el dinero que Carlomagno había obsequiado al Pontífice, este fue un caritativo protector de los pobres, y también favoreció el desarrollo de las artes.
San León III Papa recibió entierro en San Pedro el 12 de junio de 816. Fue canonizado en 1673.
Con información de la Enciclopedia Católica
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