viernes, 18 de octubre de 2024
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Ideología que se enmascara de ‘ciencia’ para que la Iglesia cambie su doctrina: el ‘gen gay’

Habla una PhD sobre la contribución genética a la orientación sexual.

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Jennifer Roback Morse – Foto: Acton University

Redacción (16/05/2023 16:30, Gaudium Press) No fueron pocas las voces expresadas en el marco del llamado Camino sinodal alemán, que más o menos afirmaron lo siguiente:

Los avances de la ciencia están mostrando que el “ser gay” es un rasgo inmutable con el cual se nace, y que está más allá de la decisión de un individuo el cambiarlo o no. Siendo así, es más que injusto declarar, como lo hace el Catecismo de la Iglesia, que los actos homosexuales son “intrínsecamente desordenados”, pues ese ‘desorden’ sería querido por el propio Autor de la naturaleza, Dios. El Catecismo de la Iglesia de Dios, pues – que por lo demás recoge la enseñanza católica de siempre al respecto– estaría en contra de la misma naturaleza creada por Dios.

Entre tanto, para la Ph.D. Jennifer Roback Morse, quien expresa su pensamiento vía columna en el National Catholic Register, ese tipo de afirmaciones no pasan de un mito ideológico que busca enmascararse de ciencia. “De hecho, la ciencia disponible que analiza el genoma humano dice claramente que no existe una base genética para una identidad homosexual”, dice Roback Morse, que es fundadora y presidenta del Instituto Ruth, el cual ayuda a las víctimas de la Revolución Sexual a recuperarse de sus experiencias y convertirse en defensores de un cambio positivo.

Expresa Roback Morse que “un estudio a gran escala del genoma humano concluyó que ciertamente no existe un único determinante genético del comportamiento sexual entre personas del mismo sexo. El estudio concluyó que ‘todas las variantes genéticas probadas representaron del 8% al 25% de la variación en el comportamiento sexual entre personas del mismo sexo… y no permiten una predicción significativa del comportamiento sexual de un individuo’. El autor principal del estudio le dijo a The New York Times que es ‘básicamente imposible predecir la actividad u orientación sexual de una persona solo a partir de la genética’”.

El entorno, dos veces más influyente que la genética

Además, existe el entorno del desarrollo de la persona, el cual, según expone el P. Paul Sullins, tiene dos veces más influencia que la genética, en una probable orientación homosexual. El P. Sullins es investigador asociado del Ruth Institute, y profesor emérito de sociología en la Universidad Católica de América:

“El estudio encontró que el entorno de desarrollo de una persona (la influencia de la dieta, la familia, los amigos, el vecindario, la religión y una serie de otras condiciones de vida) era dos veces más influyente que la genética en la probabilidad de adoptar un comportamiento u orientación hacia el mismo sexo. La influencia genética no provino de una o dos fuentes fuertes, sino de docenas de variantes genéticas, cada una de las cuales agregó un pequeño aumento de la propensión al comportamiento homosexual. Una disposición genética basada en una gran cantidad de marcadores en todo el genoma significa que prácticamente todos los seres humanos tienen esta disposición, o una gran parte de ella. En otras palabras, el estudio no solo no logró encontrar algún gen controlador de la identidad gay, sino que también estableció que las personas homosexuales no son genéticamente distintas de todos los demás seres humanos en ningún sentido significativo. Las personas homosexuales, podríamos decir, tienen un genoma humano perfectamente normal”.

Estudios de gemelos idénticos, también apoyan las ideas anteriores, afirma Roback Morse:

“A pesar del hecho de que los gemelos idénticos comparten el 100% de sus genes, los gemelos gay/gay son menos comunes que las parejas de gemelos gay/heterosexuales. Los datos de gemelos muestran claramente una contribución genética a la sexualidad (porque incluso una concordancia de gemelos tan baja como el 25 % es significativamente mayor de lo que se esperaría por casualidad), pero no una determinación genética (que produciría una concordancia perfecta en gemelos idénticos)”. Es decir, puede haber una contribución genética a la condición homosexual, pero no existe un determinismo genético estricto, explica la doctora.

Recuerda la investigadora que ni siquiera la Asociación Psicológica Americana se aventura a definir las razones que justifican una orientación sexual determinada. Así lo expresa la propia APA:

“No hay consenso entre los científicos sobre las razones exactas por las que un individuo desarrolla una orientación heterosexual, bisexual, gay o lesbiana. Aunque mucha investigación ha examinado las posibles influencias genéticas, hormonales, de desarrollo, sociales y culturales en la orientación sexual, no ha surgido ningún hallazgo que permita a los científicos concluir que la orientación sexual está determinada por algún factor o factores en particular”.

Entonces, quienes quieran presionar a la Iglesia a cambiar su doctrina, basados en los avances, “no pueden citar de manera creíble a la ‘ciencia’ en su defensa”, concluye Roback Morse.

(La columna aparecida en el NCR es tomada del free e-book, Protecting Your Family From the Top 5 Gay Myths)

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