El ordenante, Arzobispo de Abuja, también les advirtió sobre ciertos peligros en la vida sacerdotal.
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Redacción (22/07/2025 13:31, Gaudium Press) Mons. Ignatius Ayau Kaigama, Arzobispo de la Arquidiócesis de Abuja, Nigeria, advirtió a nueve miembros de los Salesianos de Don Bosco, a quienes ordenó sacerdotes, sobre los peligros del clericalismo, el mercantilismo y la creciente influencia del evangelio de la prosperidad en el ministerio sacerdotal en Nigeria.
En su homilía durante la ordenación del 19 de julio, el arzobispo Kaigama advirtió a los nueve nuevos sacerdotes contra la adopción de estilos de ministerio basados en la búsqueda de la gloria personal, el lucro excesivo y el liderazgo autoritario.
“Estos nueve jóvenes no son ordenados por ser perfectos ni académicamente brillantes. Son ordenados porque Dios los ha llamado. Pero este llamado conlleva una gran responsabilidad, que debe ejercerse con humildad y fidelidad, no con mercantilismo ni orgullo”, declaró el arzobispo nigeriano durante la ceremonia celebrada en la Parroquia de los Arcángeles en Gaduwa, Arquidiócesis de Abuya.
El evangelio de la prosperidad
El prelado reflexionó sobre el llamado ‘evangelio de la prosperidad’, una ideología que, según él, está ganando terreno entre algunos clérigos y movimientos cristianos en Nigeria, y afirmó: “Lo digo muy claramente. El evangelio de la prosperidad no tiene cabida en el sacerdocio católico. La tarea principal de ustedes no es ganar dinero ni atraer seguidores prometiendo milagros. Su misión es la salvación de las almas”.
El prelado nigeriano señaló que, si bien la Iglesia necesita recursos para operar sus ministerios, la motivación para el trabajo sacerdotal nunca debe ser financiera.
“Sí, la Iglesia necesita dinero. Este edificio en el que nos encontramos no se construyó solo con oraciones. Pero si los sacerdotes realizan su labor con sinceridad y humildad, los fieles los apoyarán. No necesitan artificios ni teatralidad. No se conviertan en negociantes espirituales” —explicó—.
El arzobispo nigeriano instó a los nuevos sacerdotes a mantenerse arraigados en la auténtica teología católica y en la vida sacramental de la Iglesia, recordándoles que su ordenación es una “misión de servicio, no una licencia para explotar”.
El prelado también abordó el clericalismo, que describió como un “malsano sentimiento de superioridad o autoritarismo entre el clero. El clericalismo es una enfermedad en la Iglesia. Surge cuando los sacerdotes se consideran superiores al pueblo, como señores en lugar de siervos” —advirtió—.
Advirtiendo contra un ministerio centrado en la persona, el obispo Kaigama denunció la tendencia de los sacerdotes a transformar su rol pastoral en una plataforma personal para atraer la atención o ejercer control.
El sacerdocio es una misión divina que requiere humildad
“El sacerdote debe disminuir siempre para que Cristo crezca, tomando las palabras de San Juan Bautista. La predicación, las acciones, la mera presencia de los sacerdotes deben llevar la gente a Jesús, no a sus redes sociales, ni a sus cuentas bancarias, ni a sus seguidores”, enfatizó.
Según el arzobispo, el ministerio moderno debe resistir la tentación de crear “cultos a la personalidad” o imperios privados donde el sacerdote se convierte en el centro de atención en lugar de Cristo mismo.
“Los sacerdotes no deben exaltarse ni atraer a la gente con su carisma o marca personal. Deben guiar al pueblo de Dios hacia Cristo”, dijo.
Y añadió: “Como sacerdotes, deben estar dispuestos a servir donde más se necesite, incluso en el sufrimiento. Algunos sacerdotes solo buscan puestos lucrativos. Ese no es el camino. No son ejecutivos; son sacerdotes, siervos en las manos de un Dios poderoso”.
El obispo Kaigama recordó a los sacerdotes ordenados que el sacerdocio no es una profesión ni un estatus social, sino una misión divina que requiere humildad, sacrificio y una dependencia total de la gracia.
“Quiero que nuestros nuevos sacerdotes recuerden siempre que no están comenzando una carrera, sino abrazando una misión. Su ordenación no es un ascenso; es una misión”, dijo, añadiendo: “Ahora son constructores de puentes, ‘pontifex’ en latín. Se han convertido en la escalera de Jacob, intercediendo entre el cielo y la tierra por el pueblo”.
Los instó a apoyarse mutuamente, a orar por sus hermanos sacerdotes y a evitar juzgarlos. “No juzguen con dureza a sus hermanos sacerdotes cuando estén pasando por pruebas. Ellos también luchan contra la soledad, la tentación, contra la misma carne que prometieron dominar. Sean amables unos con otros. Anímense unos a otros. Oren unos por otros”, aconsejó.
Con información de AciAfrique.
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