La Iglesia de San José fue dedicada como “lugar de Adoración Eucarística continua con la misión especial de interceder por las nuevas vocaciones al sacerdocio y por la santificación de los sacerdotes”.
Redacción (27/10/2022 13:51, Gaudium Press) El pasado sábado 22, la Iglesia de San José, histórico templo católico de Stockport con más de un siglo de existencia, se transformó en el Santuario Eucarístico de Adoración Perpetua en un gran iniciativa de oración por las vocaciones sacerdotales.
Lugar de Adoración Eucarística continua
Durante la ceremonia presidida por el obispo de Shrewsbury, monseñor Mark Davies y concelebrada por varios sacerdotes, el prelado dedicó la iglesia como “lugar de adoración eucarística continua con la misión especial de interceder por nuevas y generosas vocaciones al sacerdocio y por la santificación de los sacerdotes”.
Se invita a los católicos a inscribirse para participar en un horario de adoración del Santísimo Sacramento para que haya suficientes adoradores para que esta oración continúe desde la mañana hasta la noche.
Una respuesta a la invitación del Papa Francisco
En su homilía, el arzobispo Mark Davies subrayó que “esta misión de adoración e intercesión es una respuesta a la invitación del Papa Francisco a los jóvenes a estar atentos al silencio de la Eucaristía para descubrir su vocación única en la vida”.
Luego dio la bienvenida al nuevo párroco, el padre Sean Davidson, el cual, según el obispo, “llegó a [la iglesia] de San José por un camino tan inesperado como la realización de la esperanza de que una iglesia pudiera ser consagrada como ‘Santuario Eucarístico’, fomentando un amor renovado por la Sagrada Eucaristía, dignamente celebrada y continuamente adorada ”.
La Eucaristía debe ser el centro de nuestra vida
Recordando a san Juan Pablo II, cuya memoria litúrgica se celebra el 22 de octubre, el obispo de Shrewsbury destacó que el Santo Pontífice invitó a toda la Iglesia a reavivar el “asombro eucarístico” en los albores de este nuevo milenio; y comprender el Sacerdocio Católico a la luz de la Eucaristía declarando que ‘Sin la Eucaristía no existimos, somos reducidos a sombras sin vida’.
“El sacerdote nunca podrá realizarse a sí mismo si la Eucaristía no se convierte en la raíz y el centro de su vida. Porque aquí pedimos que se abran todos los ojos para reconocer nuevamente a Jesucristo en el Sacrificio y Sacramento de la Eucaristía. Y muchos corazones arden una vez más para responder a su llamada única, especialmente la llamada al sacerdocio, la vocación de la que dependen todas las demás vocaciones cristianas”, concluyó. (EPC)
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