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El gobierno había dicho que estas ceremonias serían posibles desde el 5 de julio.
Mons. Martin
Redacción (02/07/2021 12:15, Gaudium Press) Ya es hora: obispos de Irlanda reaccionan a la verdadera persecución que el gobierno que ese país ha montado contra la Iglesia, excusado en la pandemia.
Gaudium Press ha publicado diversas noticias que muestras que las restricciones al culto en ese país, otrora nacedero de catolicismo de Europa, son ya persecutorias.
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Ahora Mons. Eamon Martin, Arzobispo de Armagh y primado de Irlanda acusó ayer al gobierno irlandés de comunicar de forma “groseramente irrespetuosa” que los bautismos, las primeras comuniones y las confirmaciones debían retrasarse debido al COVID-19.
El gobierno había prometido que a partir del 5 de julio se retomarían estas celebraciones. En el país de alrededor de cinco millones de habitantes, ha habido 5.000 muertes por coronavirus.
Un tuit…
El anuncio de que las ceremonia no podrían retomarse fue hecho por el viceprimer ministro, quien dijo que esa celebraciones no podrían retomarse “por desgracia”.
“Un tuit de un periodista y el Tánaiste (vice primer ministro) diciendo despectivamente: ‘Oh, están canceladas’. Así fue como se nos comunicó el cambio de postura. La forma de comunicación, en este caso, fue groseramente irrespetuosa y estamos extremadamente decepcionados”.
El viceprimer ministro emitió un comunicado diciendo que no había sido irrespetuoso y que la decisión fue tomada siguiendo el consejo de salud pública. Pero lo cierto, es que la Iglesia es tratada en Irlanda como institución de segunda mano.
Mons. Martin dijo que que las parroquias se habían preparado para celebrar las ceremonias “con sumo cuidado”, siguiendo las orientaciones sanitarias y limitando la asistencia, pero nada de eso conmueve al gobierno.
En abril pasado, el Arzobispo acusó a los funcionarios de introducir nuevas regulaciones “draconianas” sobre el culto público «de manera clandestina».
El culto público volvió a ser suspendido en Irlanda desde finales de 2020, y nuevas regulaciones criminalizaban efectivamente la Misa con fieles. Es decir, se consideraba un delito. Pero desde el 10 de mayo volvió a ser posible celebrar misas con fieles.
Con información de Infocatolica
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