viernes, 12 de septiembre de 2025
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Italia: prohibido el uso de teléfonos celulares en Primaria y Secundaria

Tras prohibirlo en primaria, el Ministro de Educación los prohibirá en secundaria, porque la adicción está fuera de control y se necesita una desintoxicación.

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Foto: Marcos Paulo Prado / Unplash

Redacción (12/09/2025 12:26, Gaudium Press) El ministro de Educación y Mérito de Italia, Giuseppe Valditara, que con una disposición específica de julio de 2024 ya había prohibido el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas primarias, emitió una nueva circular extendiendo esta prohibición a las escuelas secundarias a partir del próximo año escolar.

Los resultados del experimento realizado en las escuelas de primaria han sido alentadores: “Este año ha ido muy bien, las escuelas han recibido nuestra circular y ha habido un gran apoyo de los profesores, de las familias, pero también, sorprendentemente, de los estudiantes, porque un momento de desintoxicación es muy beneficioso para ellos”, afirma Valditara.

A lo anterior se añaden los datos alarmantes sobre el creciente fenómeno de la adicción a los teléfonos inteligentes, hechos que han convencido al ministro a romper las vacilaciones e intervenir también con los estudiantes mayores, que evidentemente no son en absoluto inmunes a los riesgos y consecuencias del uso excesivo y nocivo de estos dispositivos.

Impacto negativo de los celulares en el rendimiento académico

La convicción fundada de Valditara es que, “desde un punto de vista académico”, los teléfonos celulares tienen “un impacto indudablemente negativo. Creo que la manera más efectiva es acostumbrar a los jóvenes a desintoxicarse y que vuelvan a usar libros, papel y bolígrafo”, afirma.

Numerosos estudios internacionales respaldan esta decisión. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, en su informe de 2024 “Del declive a la recuperación: Políticas para liberar el capital humano y la productividad”, destaca los efectos negativos del uso de teléfonos inteligentes y redes sociales en el rendimiento académico, vinculando este fenómeno con el descenso de las puntuaciones del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, PISA.

La Organización Mundial de la Salud, por su parte, documentó en su informe de 2024 cómo el uso problemático de las redes sociales entre los adolescentes ha experimentado un “aumento significativo”, con la propagación de fenómenos adictivos como la incapacidad para controlar su uso, el síndrome de abstinencia y el descuido de otras actividades.

El Instituto Nacional de Salud de Italia confirma que más del 25% de los adolescentes presentan un uso problemático de los teléfonos inteligentes, con consecuencias negativas para el sueño, la concentración y las relaciones sociales.

El Ministro insiste, recordando que “niños de tan solo seis años visitan sitios pornográficos. El 38% de niños que sufren trastornos del sueño causados ​​por los teléfonos móviles también es alarmante. Estos datos son significativos en cuanto al rendimiento y el éxito académico: los niños que usan el móvil en exceso tienen incluso tres veces más probabilidades de fracasar en la escuela o suspender sus estudios”.

Riesgo de adicción

En resumen, todos los datos recopilados confirman la necesidad de un cambio, y las escuelas deben contribuir, aunque ciertamente no sea suficiente para revertir la tendencia: más allá de los datos sobre patologías establecidas, la influencia de estos dispositivos afecta ahora a casi todos —jóvenes, adultos y ancianos— y nadie es inmune al riesgo de adicción.

El teléfono inteligente no es solo un dispositivo entre muchos disponibles en la sociedad avanzada actual, sino la herramienta fundamental diseñada y promovida por los principales centros de poder global para controlar a las poblaciones a diversos niveles, desde el comercial hasta la orientación intelectual (ética, política, religiosa, etc.). El desafío, por lo tanto, es abrumador y desigual.

Los teléfonos celulares se han convertido en un auténtico apéndice físico del cuerpo, una especie de rama del cerebro y el hogar de las llaves virtuales que abren las puertas a muchas actividades cotidianas, lo que dificulta desprenderse de ellos.

Ningún dispositivo ha alcanzado tal nivel de transformación, lo cual también se refleja en la capacidad de asimilar e incluso orientar rápidamente nuestros valores personales mediante sofisticados sistemas de seguimiento.

Actuar antes de que sea demasiado tarde

Las generaciones más jóvenes son, sin duda, las más expuestas e indefensas, al haber nacido en este sistema ya consolidado, y se espera que la prohibición de los teléfonos móviles en las escuelas garantice la supervivencia de un espacio de trabajo libre de esta incómoda presencia.

Sin embargo, sería necesario abrir una reflexión más profunda y amplia sobre las consecuencias y las perspectivas del uso de estos dispositivos, que, con su rápida evolución tecnológica, adquieren cada vez más la capacidad de convertirse en parte “orgánica” de nuestro ser, con todo lo que ello conlleva.

El problema, por lo tanto, no es solo una cuestión de educación, sino que concierne a la vida de toda la sociedad – cada vez más desastrosa – y a la persistencia de la posibilidad de educar generaciones de personas verdaderamente capaces de pensar, elegir y actuar con plena libertad y conciencia.

La circular del ministro Valditara solo ofrece un vistazo a un panorama mucho más amplio, cada vez más parecido al descrito en algunas novelas distópicas del siglo pasado. Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde.

(Nota editorial de La Nuova Bussola Quotidiana, del 19/6/2025. Traducción de Gaudium Press).

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