domingo, 24 de noviembre de 2024
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“Jactándose de sabios se volvieron necios”: presidente de PAMI niega que Dios castigue

Sin embargo varias de las apariciones marianas más recientes, como Fátima, Akita y La Salette, desmienten a Fray Stefano Cecchin.

Fatima

Redacción (05/05/2023 07:05, Gaudium Press) Tras las equívocas declaraciones del Arzobispo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, sobre el suicidio asistido, llegan ahora las de Fray Stefano Cecchin, presidente de la Pontificia Academia Mariana Internacional (PAMI), quien afirmó que “las apariciones que hablan de castigos de Dios son absolutamente falsas”.

El franciscano profirió las declaraciones en entrevista al semanario Alfa y Omega, de la Archidiócesis de Madrid.

Cuenta el fraile franciscano que su Academia examina las apariciones marianas “con lupa de forma interdisciplinar bajo una perspectiva científica. La comisión está formada por médicos, abogados, psicólogos… Hay que analizar, por ejemplo, la moralidad de los videntes, su estado físico y psíquico o si hay condicionamientos o intereses externos”.

Entre tanto, asegura que uno de los criterios que usa esta Pontificia Academia para determinar si una apariciónes falsa es “… hay señales de alerta. ¿Quiere una madre castigar a sus hijos enviándoles enfermedades, la muerte…? De ninguna manera. Así que las apariciones que hablan de castigos de Dios son absolutamente falsas”.

Sin embargo, tres de las apariciones más famosas de nuestros tiempos, Fátima, La Salette y Akita, hablan de posibles o efectivas puniciones de Dios, justamente para evitar la muerte del alma.

Es así que en la tercera aparición de la Virgen en Fátima, el 13 de julio de 1917, la Virgen muestra a los pastorcitos y ratifica la existencia del infierno, el mayor castigo de Dios para quienes se alejaron de la misericordia de Dios: “Visteis el infierno, adonde van las almas de los pobres pecadores”.

Asimismo en esta tercera aparición, Nuestra Señora señala la relación existente entre las ofensas a Dios y las guerras: “Si se hace lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra pronto terminará. Pero si no dejaren de ofender a Dios, en el pontificado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre”.

En Akita, la Virgen tomó un carácter incluso más serio, cuando habló de la cólera divina: “Para que el mundo conozca su ira, el Padre Celestial está preparando para infligir un gran castigo sobre toda la humanidad. Con mi Hijo yo he intervenido tantas veces para apaciguar la cólera del Padre…”

Asimismo en La Salette, cuando Nuestra Señora mostró cómo ofende a Dios la irreligión: “La gente no observa el Día del Señor, continúan trabajando sin parar los Domingos. Tan solo unas mujeres mayores van a Misa en el verano. Y en el invierno cuando no tienen más que hacer van a la iglesia para burlarse de la religión. El tiempo de Cuaresma es ignorado. Los hombres no pueden jurar sin tomar el Nombre de Dios en vano. La desobediencia y el pasar por alto los mandamientos de Dios son las cosas que hacen que la mano de mi Hijo sea más pesada.”

La pregunta que se hacen entonces muchos fieles, es si las diversas comisiones que aprobaron esas apariciones, o la sucesión de Papas que con su propia presencia en Fátima han favorecido con su autoridad su mensaje, estarían crasamente equivocados, y mejor debían haber consultado con la actual Pontificia Academia mariana, para preservarse del engaño y la ilusión.

Es claro que no, expresan muchos, y más bien Fray Stefano debería reformular sus propios criterios de análisis, entre otros.

“Según este erudito, las apariciones de Nuestra Señora en La Salette, Fátima, y Akita son falsas, es decir las desaprobó y además emitió un concepto teológico sobre que Dios no castiga. Si estos son los eruditos ¿qué será de los ignorantes?”, expresa un internauta, quien recuerda el texto paulino: “Jactándose de sabios se volvieron necios” (Rm 1, 22)

Con información de Infocatólica

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