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El vandalismo y los ataques contra cristianos e instituciones cristianas en Jerusalén han aumentado considerablemente desde principios de año.
Foto: Screenshot/ vídeo/ Gadi Dahan
Redacción (20/06/2023 12:13, Gaudium Press) Otro acto de vandalismo en un sitio cristiano en Tierra Santa. Esta vez, el objetivo era el Cenáculo del Monte Sión, en Jerusalén, y que forma parte del complejo de la Tumba de David. Un judío israelí arrojó piedras a los vitrales históricos, destrozándolos antes de que la seguridad en el lugar lo detuviera.
Según el Tribunal de Distrito de Jerusalén, el sospechoso de 30 años, conocido por la policía, fue puesto en libertad con la condición de que no se acercara a la Ciudad Vieja de Jerusalén durante 30 días. El sospechoso negó las acusaciones. Según un reporte del Jerusalem Post, habría actuado bajo los efectos del alcohol. Las iglesias aún no han reaccionado al incidente.
El salón, en latín Coenaculum, se considera el lugar donde Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos la noche anterior a su crucifixión y donde, según la tradición bíblica, tuvo lugar la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles en Pentecostés. Los primeros vestigios estructurales se remontan a la época de la ahora destruida basílica de Hagia Sion (siglo V). En 1333, el santuario en ruinas fue confiado a los franciscanos. A mediados del siglo XVI, los musulmanes convirtieron el salón en mezquita.
Desde 1948, después de la guerra árabe-judía, el sitio ha sido administrado por el Ministerio de Religión y Turismo de Israel. Oficialmente, el Cenáculo no es ni una iglesia ni una sinagoga o mezquita. Aunque los visitantes tienen libre acceso para visitas, los momentos de oración solo están permitidos en casos excepcionales.
Representantes cristianos se quejan del gran aumento del vandalismo y los ataques a los cristianos y a las instituciones cristianas o símbolos que representan el cristianismo, como monasterios, iglesias y cruces, especialmente en Jerusalén; y aún judíos escupiendo en clérigos cristianos. Ellos ven una conexión entre el aumento de la violencia y la dirección del nuevo gobierno de Israel. De hecho, los líderes de la Iglesia han pedido repetidamente a las autoridades israelíes que pongan fin a los “crímenes de odio”, pero aún no ha sucedido nada.
Fuentes de la Iglesia dicen que la policía no se está tomando la situación lo suficientemente en serio. Solo un pequeño porcentaje de los incidentes se denuncian a la policía. Según el abad Nicodemos Schnabel, solo en Jerusalén ya ha habido siete incidentes de violencia anticristiana en 2023.
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