“A mediados de los años 80 fui a misa a una iglesia católica en Bjørgvin y me gustó, hasta el punto de que incluso comencé a hacer un curso para ser católico”.
Redacción (06/10/2023 13:11, Gaudium Press) El Premio Nobel de Literatura 2023 fue otorgado, este pasado jueves, al novelista, ensayista y dramaturgo noruego Jon Fosse. La Academia Sueca explica su elección por su “escritura muy organizada en un estilo ahora conocido como ‘minimalismo Fosse’”.
Jon Fosse escribe en nynorsk, conocido como “neonoruego”, que es una lengua minoritaria en Noruega, lo que dificulta la comprensión de sus textos. Es una escritura de silencio. “Su obra es existencial, impregnada de espiritualidad”, explica Noa Liev, autora de Memoria y Voz de los muertos en el teatro, de Jon Fosse.
Jon Fosse nació hace 64 años en el suroeste de Noruega. Criado inicialmente en el dogma pietista -un movimiento protestante y místico-, se separó de la religión, afirmando ser marxista y ateo.
“En mi adolescencia, yo era una especie de marxista y ateo estúpido; en aquel entonces, era algo normal para los jóvenes aspirantes a intelectuales. Pero, en el proceso de escritura, hubo algo que no pude entender del todo, un misterio: ¿de dónde viene? No viene de aquí [señala el corazón]. No, es de afuera”.
Todo cambió cuando cumplió 20 años. “Comencé a involucrarme en la religión cuando tenía poco más de veinte años y me uní a la Iglesia Luterana Noruega”, dijo Fosse en una entrevista.
Sin embargo, mencionó que tuvo un grave accidente del cual sobrevivió milagrosamente. “Hasta el día de hoy estoy convencido de que el milagroso rescate de Jon, de siete años, no se puede explicar únicamente con la medicina”, subrayó el premio Nobel de Literatura. “Esta experiencia cercana a la muerte me moldeó como escritor. […] Esta experiencia me abrió los ojos a la dimensión espiritual de la vida, pero, siendo marxista, traté de negarla tanto como pude”.
El escritor que tuvo mayor influencia sobre él fue Meister Eckhart, un predicador, teólogo y místico dominicano del siglo XIII. A través de él, en cierto modo, Jon empezó a creer en Dios como persona. “Me considero un creyente en Dios, como una presencia allá y aquí al mismo tiempo. Gracias a él decidí convertirme al catolicismo. No haría esto si no fuera por el Maestro Eckhart y su forma de ser católico y místico”, confesó.
Explica que la comunidad luterana tenía un enfoque extremadamente racional para todo y carecía de espiritualidad. “A mediados de los años 80 fui a misa a una iglesia católica en Bjørgvin y me gustó tanto que incluso comencé a hacer un curso para convertirme en católico”.
En 2012, con sesenta años, Fosse acabó convirtiéndose al catolicismo. Fue un gran cambio en su vida, ya que padecía alcoholismo y este año también decidió dejar la bebida de forma definitiva. “Fue una transformación. Tomé las riendas y cambié el rumbo del barco”.
Fernando Bonete, catedrático y director de Humanidades de la Universidad CEU San Pablo (Madrid) y crítico literario del diario digital El Debate, afirmó:
“Su obra es el testimonio actual más importante de la presencia de Dios en la literatura; es el gran escritor católico de nuestros días. Reúne también todos los grandes temas que hacen de la literatura un tesoro para el corazón: la fe, el amor, la muerte, la inocencia y la culpa, el destino, la búsqueda, la libertad”.
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