Los abogados del colegio dicen que el fallo es un triunfo de la libertad religiosa.
Redacción (13/08/2021 10:32, Gaudium Press) El pasado miércoles 11, el juez Richard Young, del Distrito Sur de Indiana, falló que la antigua orientadora escolar de la Roncalli Catholic High School, Lynn Starkey, por ser calificada profesionalmente como ministra religiosa, la archidiócesis y la escuela en la que trabajaba estaban exentas de las prohibiciones federales de discriminación en el lugar de trabajo, en relación con su despido.
Starkey laboraba en las escuela desde 1978, se convirtió en orientadora escolar en 1997. Informa un medio de comunicación local que se casó por lo civil con otra mujer en el 2015. En el 2018 informó al colegio de su unión, y en el 2019 el colegio la despidió.
Para Luke Goodrich, de la firma de abogados de la arquidiócesis, la decisión era “gran victoria” para la libertad religiosa.
No discriminación tiene excepciones en estos casos
Goodrich dijo que “que las escuelas católicas existen para enseñar la fe a la próxima generación, y no pueden hacerlo con eficacia si la ley les obliga a emplear a profesores que se oponen a los aspectos fundamentales de la fe católica.”
Starkey había demandado a la escuela a Roncalli y a la archidiócesis alegando discriminación, represalias y un ambiente de trabajo hostil que violaba la ley federal de derechos civiles. Pero la ley incluye una excepción para los ministros religiosos..
El tribunal falló a favor de la archidiócesis basándose en la “excepción ministerial”, “doctrina de la Primera Enmienda que protege el derecho de los grupos religiosos a elegir a su personal clave sin la interferencia del gobierno”, dijo Goodrich:
“Los tribunales están defendiendo de forma coherente y correcta el derecho de los grupos religiosos a elegir a su personal clave y a operar según sus principios religiosos fundamentales. Esas decisiones deben ser tomadas por las iglesias, no por los gobiernos”, declaró el abogado.
El contrato de Starkey y su función en la escuela eran de naturaleza religiosa, declaró el juez.
Una descripción del ministerio adjunta al contrato especificaba que un orientador escolar era un «ministro de la fe» del que se esperaba que «colaborara con los padres y los compañeros educadores profesionales para fomentar el crecimiento espiritual, académico, social y emocional de los niños que se le habían confiado».
“Como modelos para los estudiantes, la conducta personal de cada orientador escolar, profesor, administrador y miembro del personal, tanto en la escuela como fuera de ella, debe transmitir y apoyar las enseñanzas de la Iglesia Católica”, afirma la sentencia.
Con información de CNA/Infocatolica
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