Se creará una base de datos con toda la información del personal religioso, incluyendo recompensas, castigos recibidos, y demás información.
Redacción (10/02/2021 09:34, Gaudium Press) En la China los derechos a la confidencialidad, a la protección de los datos personales, es algo prácticamente desconocido. Y ahora menos, en materia de fe y creencias, con lo que algunos han tildado como el “Big Brother de la religiones”:
Se refieren a la nueva base de datos con toda la información sobre el personal religioso, lanzada por la Administración Estatal de Asuntos Religiosos (State Administration for Religious Affairs – SARA), que registrará entre otros temas “recompensas”, “castigos” recibidos [se entiende que por parte del poder público], incluyendo “la revocación” de su ministerio, además de “otra información”.
Además todo será actualizado “de forma oportuna”.
Esta base de datos es uno de los elementos del documento “Medidas administrativas para el personal religioso”, divulgado ayer, y que evidencia como el Estado asume el total control sobre las manifestaciones religiosas en el gigante asiático.
El documento estipula el registro del personal religioso, sus características y tipo de trabajo, los “derechos”, pero sobre todo los “deberes” a que está obligado todo el personal religioso. Estas disposiciones entran en vigor el próximo 1 de mayo.
Primera la China y su Partido de gobierno, después el resto
Primero y primerísimamente la patria, tal como la conciben los mandatarios de la China comunista:
El personal religioso se obliga a “amar a la patria, apoyar el liderazgo del Partido Comunista Chino, apoyar el sistema socialista, respetar la Constitución, las leyes, reglamentos y normas, practicar los valores fundamentales del socialismo, adherirse al principio de independencia y autogestión de la religión y adherirse a la política religiosa de China, manteniendo la unidad nacional, la unidad étnica, la armonía religiosa y la estabilidad social” (art.3).
Entre las obligaciones del personal religioso, están las de “resistir [contrarrestar] las actividades religiosas ilegales y el extremismo religioso y resistir la infiltración de fuerzas extranjeras que usan la religión”. Este último punto erosionaría la comunión de los clérigos chinos con la cabeza de la Iglesia.
Los obispos católicos, aunque “aprobados y ordenados” por el Consejo de Obispos Chinos, solo podrá ejercer su ministerio cuando inscritos en SARA.
En declaraciones al respecto a Asia News, un sacerdote señaló: “Las religiones continúan siendo tratadas como instituciones estatales y los compromisos de los trabajadores religiosos como funcionarios públicos. Tanto es así que su trabajo debe ser regulado, controlado y registrado como trabajo civil. El registro se realiza a través de organizaciones religiosas, pero en las oficinas civiles responsables. Y esto es especialmente doloroso para los obispos”.
Con información de Asia News http://www.asianews.it/news-en/The-%27Big-Brother%27-of-religions%3A-Beijing%26rsquo%3Bs-new-database-52311.html
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