“Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre, cubierto de espinas, con el cual los hombres ingratos lo perforan en todo momento”, dijo Nuestro Señor a la Sierva de Dios.
Redacción (24/06/2020 7:22, Gaudium Press) En medio de un mundo convulsionado donde la violencia reina, la enfermedad y el miedo están presentes, el Mensaje de Fátima es cada vez más aplicable a nuestros días; especialmente la devoción al Inmaculado Corazón de María.
Sobre esto ha hablado en profundidad la Sierva de Dios Lucía dos Santos, carmelita descalza y una de las videntes de las apariciones de Fátima. Lo hizo en sus memorias y en el libro Llamadas del Mensaje de Fátima. Allí habla sobre el deber del rezo diario del Santo Rosario y afirma que la devoción al Inmaculado Corazón de María es esencial.
Corazón rodeado de espinas
Sor Lucía hace esta afirmación luego de varias experiencias con Nuestra Señora, quien no sólo se le apareció en Fátima, sino en el convento.
Uno de estos hechos ocurrió el 10 de diciembre de 1925, en la fiesta de la Virgen de Loreto.
La hermana carmelita se hallaba en su celda del convento de Pontevedra, España, y súbitamente se le aparece la Virgen junto con el Niño Jesús, quien se encontraba sobre una nube luminosa. La Santísima Virgen le muestra un corazón rodeado de espinas. En ese momento, Jesús Niño, le dice:
“Ten compasión de Corazón de tu Santísima Madre, cubierto de espinas, con el cual los hombres ingratos lo perforan en todo momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para eliminarlos”.
La promesa de los 5 sábados
En ese momento, María también habló a Lucía mostrándole el corazón: “Mira, hija mía, mi corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes. Tu, al menos intentas consolarme y decir que yo prometo asistir en la hora de la muerte, con las gracias necesarias para la salvación, a todos aquellos que, en el primer sábado en cinco meses consecutivos, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen cinco decenas del Rosario y me hagan compañía por quince minutos mientras mediten en los quince misterios el Rosario, con la intención de repararme”.
Pero Sor Lucía no dió a conocer estas promesas hechas por la Virgen, ya que hacía referencia a uno de los secretos que recibió como vidente en Fátima en 1917. Sin embargo, los superiores de comunidad le pidieron escribiera sobre su última aparición.
Antes de hacerlo, la hermana quería que el cielo se lo autorizara, así que se dirigió al Santísimo para rezar.
Era el 17 de diciembre de 1927 y sintió que Jesús le decía: “Hija mía, escribe lo que te piden. Escribe también todo lo que la Santísima Virgen de reveló en la aparición, en la que ella habló de esta devoción. En cuanto al resto del Secreto, continúa guardándolo en secreto”.
Establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón
Ya en sus memorias, la vidente de Fátima, comprendió que era necesario promover en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María. Era el deseo de Nuestra Señora desde las apariciones en Portugal en 1917, y el deseo que le reveló en su aparición en el convento de Pontevedra.
“Nuestra Señora nos dijo, en el secreto de julio, que Dios deseaba establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón”, escribe Sor Lucía en sus memorias, donde recuerda que la Virgen dijo en Fátima que su Inmaculado Corazón sería su refugio y el camino que la conduciría a Dios.
La carmelita, también revela cuál es el secreto de la devoción al Inmaculado Corazón de María. Lo comprendió luego de entender porqué en una de las apariciones en Portugal, la Virgen les mostró a los pastorcitos el Infierno y les dijo:
“Visteis el Infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo os diga, se salvarán muchas almas y tendrán paz”.
Ver también:
El Inmaculado Corazón de María y la Devoción de los Primeros Sábados
Con información National Catholic Register.
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