domingo, 27 de julio de 2025
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La esencia de la Sagrada Esclavitud – El Gobierno Marial del Universo

La justificación del “Dejarse llevar”.

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Redacción (27/07/2025 12:02, Gaudium Press) En su magnífica obra ¡María Santísima! El Paraíso de Dios revelado a los hombres, Mons. Juan Clá estampa una frases osadas, un tanto misteriosas, pero llenas de unción como muchas de las contenidas en sus tres maravillosos tomos:

“La esencia inefable de la Sagrada Esclavitud a Jesús por María. [Es que] Aquello que el Señor, debido a su justicia, podría negar a cualquier persona que se aproximase a Él directamente , será concedido siempre y cuando la súplica parta del Corazón de su Madre Santísima”. 1

Antes Mons. Juan había dicho, basado en reputados autores, que en una relación misteriosa pero real, “María es Reina hasta de la voluntad divina”, que “la Trinidad se complace en ser regida por su Hija, Madre y Esposa”, y que “el Creador se sometió de tal manera a la Virgen que, por así decir, sin Ella nada puede hacer”.

Suenan fuertes esas frases, pero son enteramente comprensibles cuando se entiende y acepta que, Dios quiso hacer su mayor obra ad extra, la Encarnación del Verbo, por medio de la Virgen. Que el Corazón de la Virgen está de tal manera unido a la Trinidad, que así como se dice ‘Carne de Cristo, Carne de María’, también se puede decir que ‘Corazón de la Trinidad, Corazón de María’, y que Dios quiere ser ‘regido’ por el Inmaculado Corazón de tal manera que es Él mismo el que en una relación inefable y aún misteriosa suscita los deseos que se concretizan en la Virgen, que Él luego atiende solícito.

Es algo como un Gobierno Marial del Universo: Él ya estableció que todo pasa por Ella, y por eso cuando se usa este canal, se obtienen cosas que de otra manera sería imposible.

Pero este ‘gobierno marial del universo’, justamente se hizo realidad cuando Ella misma se declaró esclava sumisa, enteramente sujeta a los deseos de su Señor: “He aquí la Esclava del Señor, hágase en mí, según su palabra”. (Lc 1,38) Ahí, se opera la humillación de la Esclava y la grandeza gigantesca de la Maternidad Divina, de una Madre humana que torna fecunda a la Divinidad fuera de sí, según la expresión de San Luis María Grignion de Montfort.

No es aventurado decir que esta operación se repetirá, con las debidas proporciones, en los esclavos sumisos de la Virgen.

Cuando un devoto le dice de corazón a la Virgen “he aquí vuestro esclavo Señora, hágase en Mí según tu palabra”, en ese momento la Virgen llega con su Divino Esposo, el Espíritu Santo, y opera los prodigios de la gracia, de la cual Ella es también custodia.

El esclavo es como que asumido por la Virgen, quien no encuentra ningún impedimento en hacer su obra en ese esclavo: es el “dejarse llevar”, por el Espíritu Santo y su Esposa castísima.

De una manera muy gráfica lo ilustra Mons. Juan en su obra:

El imagina a un caballero discapacitado, quien “de niño había sufrido un terrible accidente que le redujo considerablemente la agilidad de sus movimientos”: es la debilidad de la carne humana, aumentada por la debilidad causada por el pecado.

Este débil caballero, “delante del enemigo, embiste con todo el vigor de su espíritu, para darle un golpe certero, pero sus miembros no responden al ímpetu de su alma. Se da cuenta enseguida de que se encamina hacia el fracaso y la derrota”.

Pero entonces aparece a su lado “un indomable y valeroso cruzado”, que se da cuenta de su debilidad, y entonces “se coloca detrás de aquel débil hermano de armas y, haciéndose uno con él en la lucha, asume el control de sus brazos: empuña el escudo y blande la espada con la misma agilidad y precisión que cuando actúa con sus propios miembros. Inesperadamente el caballero discapacitado empieza a realizar proezas…”.

Es solo que el caballero discapacitado se considere miserable, realmente flaco, y deje que el caballero glorioso (Espíritu Santo, María Santísima, es magnífica “correa de transmisión de esclavitudes”) lo asuman. Y después de la victoria, no crea que él lo hizo, sino que su único mérito es haber asumido… la  humilde y gloriosa posición del esclavo.

Por Saúl Castiblanco

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1. Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP. ¡María Santísima! El Paraíso de Dios revelado a los hombres – III- María, eje de la Historia. Caballeros de la Virgen. Bogotá. 2022.

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