“Se va corriendo así, el velo de la configuración de los que San Luis María de Montfort llama de ‘Apóstoles de los Últimos Tiempos’…”
Redacción (01/08/2025 14:33, Gaudium Press) Continuando estas notas breves sobre la sagrada esclavitud mariana, basados en el libro de Mons. Juan Clá ¡María Santísima! El Paraíso de Dios revelado a los hombres, 1 hablaremos hoy de la unión intimísima que se realiza entre la Virgen y sus esclavos, a ejemplo de la relación de Ella con Cristo, y de las maravillas que por ahí se comunican.
El vínculo entre madre e hijo, que en el momento de la gestación son una misma carne, llega por veces a ser tan estrecha, que la madre en ocasiones es capaz de advertir los peligros y sufrimientos de su hijo a la distancia. Todos hemos escuchado historias de ese estilo. Es como si la madre siguiera sintiendo en su propia carne, lo que ocurre en su ‘carne’ llamada hijo.
La expresión ‘Caro Christi, caro Mariae’, Carne de Cristo, Carne de María, expresa cómo es esta unión entre Cristo y la Virgen: Él es el fruto único y bendito de su vientre virginal, al cuál permaneció unida en la vida y para la eternidad, en una unión que Monseñor Juan dice que sobrepasa la “gracia del intercambio de corazones, de la que tratan muchos santos y doctores”. 2
Es la unión de la Esclava de Dios con su hijo Dios-Esclavo, siendo que “Ella es su Señora, pues, a partir del momento en que el Verbo la escogió como Madre, Él se hizo también su Esclavo” 3. Vínculo de esclavitudes mutuas, que tornó a la Virgen Corredentora del género humano, pues siendo más que un solo corazón una sola carne, ella sufría de manera singular en sí los dolores inenarrables de su pasión.
Pero “por otra parte, debido al vínculo de esclavitud con su Divino Hijo, la Santísima Virgen se convirtió en el canal por el cual la esencia de la vida trinitaria”, (vida que también puede ser comprendida como una “mutua esclavitud de amor” entre las tres personas divinas) “es comunicada a los hombres”.
Es decir, por esta vía llega Monseñor Juan a la mediación universal de la Virgen. Tradicionalmente la teología nos enseña que siendo la Virgen la Madre de la Cabeza del Cuerpo místico que es la Iglesia, Jesús, debía ser también Madre de los miembros de ese Cuerpo, los miembros de la Iglesia, en cuanto a la gracia se refiere. Pues aquí Mons. Juan va tornado evidente que si la Virgen es este canal, es porque la unión de Ella con Cristo es del tipo ‘una sola carne’.
Nos dice aquí, pues, Mons. Clá, que lo más grande que existe en la Creación, que es la esencia de la vida interna de Dios trino, sale de sí y se comunica a los hombres por medio de María en la relación de la esclavitud a Ella. No hay cosa más grandiosa que la vida interna trinitaria, y no hay cosa más pequeña que la condición de esclavo: “¡De este modo queda patente que los auges de grandeza se revelan por medio de auges de esclavitud”, sentencia el Monseñor.
Se va corriendo así, el velo de la configuración de los que San Luis María de Montfort llama de ‘Apóstoles de los Últimos Tiempos’: Esclavos de María, re-engendrados para la gracia en el seno de María, unidos a María como Cristo-Esclavo, a quienes María comunica de forma perfecta las riquezas de la vida divina.
Maravilla. Qué más desear, que ser esclavo.
Por Saúl Castiblanco
___
1. Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP. ¡María Santísima! El Paraíso de Dios revelado a los hombres – III- María, eje de la Historia. Caballeros de la Virgen. Bogotá. 2022.
2. Op. Cit. p. 148.
3. Ídem.
Deje su Comentario