El 30 de julio hubo un atentado político en la provincia de Khyber Packhtunkhwa. La policía pidió a las iglesias católicas reforzar su seguridad.
Redacción (, Gaudium Press) Después del atentado del 30 de julio durante un mitin político en Pakistán, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, en el noroeste del país, la policía pidió a las iglesias católicas reforzar su seguridad. Mons. Joseph Arshad, Presidente de la Conferencia Episcopal pakistaní, condenó el atentado suicida, afirmando que “continuamos cumpliendo nuestro papel por la construcción de una coexistencia pacífica”.
El resurgimiento de ataques terroristas en Pakistán fuerza a la Iglesia local a protegerse mejor con medidas de seguridad reforzadas, informa la página Iglesias de Asia. “Nos recomendaron contratar agentes de seguridad privada, instalar sistemas de video-vigilancia y aumentar la altura de los muros internos de las iglesias”, explica el Padre Nasir William, cura de la iglesia San Pedro Canisio, en Abbottabad (ciudad al norte del país, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa).
“Todas las iglesias de nuestra Diócesis ya adoptaron esas medidas de seguridad. Los turnos de los vigilantes se multiplican, pero las tragedias continúan. ¿Qué más podemos hacer?”, pregunta el sacerdote, quien también es director de la Comisión de Comunicaciones Sociales de la Diócesis de Islamabad-Rawalpindi.
La Gobernación de la Provincia de Khyber Pakhtunkhwa ya puso a disposición por lo menos dos policías, encargados de escoltar a los sacerdotes y religiosos en esta provincia golpeada por la insurrección islámica (o insurrección talibana, que enfrenta el ejército pakistaní a diversos movimientos islámicos armados). La provincia limita con Afganistán, donde los talibanes retomaron el poder en agosto de 2021.
“La explosión en Bajaur agravó las tensiones ya existentes”
El atentado del 31 de julio fue reivindicado por el grupo Estado Islámico. Cerca de 400 simpatizantes del partido religioso conservador Jamiat Ulema-e-Islam (JUI-F), aliado mayor de la coalición gubernamental, estaban reunidos en el momento del atentado, que se produjo cerca de un mercado en la ciudad de Khar, en el distrito de Bajaur (Khyber Pakhtunkhwa, a 45 kilómetros de la frontera afgana). Según la policía, fueron utilizados cerca de 12 kg de explosivos. Bajaur, una región indígena del noroeste de Pakistán, fue un foco talibán antes de la represión lanzada por el ejército pakistaní en 2016.
“La explosión en Bajaur realmente agravó las tensiones ya existentes. Condenamos firmemente el ataque brutal durante el cual muchos inocentes perdieron la vida y muchos quedaron heridos. Las personas responsables deben ser llevadas a los tribunales”, declaró Mons. Joseph Arshad, presidente de la Conferencia Episcopal pakistaní.
“Todos los responsables políticos deben favorecer una solución política para que la democracia pueda advenir en nuestro país – afirmó Mons. Arshad. La Iglesia tiene voluntarios y la administración local también puso a nuestra disposición agentes de seguridad en las iglesias. Continuamos cumpliendo nuestro papel en la construcción de una coexistencia pacífica en la sociedad pakistaní.” (Con informaciones de Églises d’Asie)
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