Ciudades como Bridgeport, en la margen del río Columbia en el estado de Washington, se ha visto literalmente rodeadas por las llamas.
Redacción (16/09/2020 12:19, Gaudium Press) Los incendios en la Costa Oeste de los EE.UU. no paran. Millones de acres quemados, docenas de personas muertas, y muchísimos forzados a evacuar sin un retorno previsto. Más de 1.110 incendios forestales han asolado durante un mes esa región. Ante esa realidad, se está movilizando la ayuda de la Iglesia de los EE.UU.
Ciudades como Bridgeport, en la margen del río Columbia en el estado de Washington, se ha visto literalmente rodeadas por las llamas.
A esta ciudad, como a todo el sector central del estado de Washington, se ha dirigido la ayuda de Catholic Charities (la versión americana de Cáritas), ofreciendo agua, almohadas y mantas, pañales. Comunidades pobres allí han visto como sus trailers se quemaban. “Fue nuestro primer esfuerzo de ayuda de emergencia. Traeremos suministros adicionales según sea necesario” afirmó Becki Lambert, de Catholic Charities. Esta ayuda ofrecida en Bridgeport se repite con modalides diversas por parte de todas las filiales de Cáritas de la costa oeste.
No pocas parroquias han tenido sencillamente que cerrar por el riesgo y están bajo seria amenaza.
Otras, también clausuradas por prevención, se han transformado en centros de acopio y ayuda, como la parroquia Santa Mónica in Willows en la diócesis de Sacramento. El administrador parroquial, P. Michael Estaris comentó: “La calidad de nuestro aire ha sido terrible”. Por la pandemia sólo se podían celebrar misa al aire libre y ahora “solo en los días ‘buenos’ podemos celebrar la misa. Toda la ceniza y el humo que hemos tenido hace que permanecer al aire libre sea poco saludable y peligroso”.
¿Por qué Dios permite estas tragedias?
¿Por qué Dios permite estas tragedias? A esta pregunta respondió Mons. Joseph Tuyson, obispo de Yakima, diócesis de la que depende la ciudad de Bridgeport: “Vuelvo a San Agustín: ¿Por qué Dios permite desastres naturales y tragedias? Porque el bien parece florecer en las proximidades del mal. La tragedia brinda la oportunidad de convertir a los pecadores en santos”.
Diversas diócesis de la costa oeste americana han creado un fondo donde se reciben donaciones para atender a la tragedia.
Con información del National Catholic Register
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