Sus recuerdos son sublimes. De la niña que está conmoviendo al mundo entero.
Redacción (12/03/2021 09:12, Gaudium Press) Quienes conocieron, quedaron encantados con la Historia de Teresita Castillo de Diego, la niña de 10 años (que no de 8), que poco antes de morir por cáncer, manifestó el deseo de ser misionera de la Iglesia, el cual le fue atendido.
Ahora circula la tocante entrevista que hace Javier Navascués a su madre, Teresa de Diego, publicada en Infocatolica, de la cual destacamos algunos apartes.
Leer también: Teresita, de ocho años, murió el domingo de cáncer – Su más profundo deseo, ser misionera, se hizo realidad
Se sorprendió Navascués de la fortaleza con la que la madre va llevando el paso al cielo de Teresita:
— Usted está muy entera, le dijo.
– Lo he visto todo muy de Dios, desde la primera operación que tuvo Teresa ha rezado mucha gente por mi hija y ha habido grandes muestras de cariño. Mucha gente ha sido tocada por el testimonio de Teresita y Dios me ha dado mucha fuerza.
¿Cómo era Teresita?
Era muy empática, “ocurrente, muy cariñosa, saludaba a todo el mundo, hasta a la gente desconocida”. No era raro que la gente se emocionase cuando entraba en contacto con Teresita. “Hablaba a los policías, a los carteros…a todo el mundo. Siempre que había un pobre en la puerta de la Iglesia se paraba a hablar con él. Acabo de saludar a una señora que siempre pide en la Iglesia del Escorial y se ha puesto a llorar porque quería muchísimo a Teresita”.
Era de misa diaria, a la que asistía con su madre. “Hacía sus oraciones al acostarse sencillas, pero profundas y lo hacía con mucha devoción. Este año empezamos a rezar el Rosario entero, antes de acostarse en su cama. Se confesaba con frecuencia”.
¿Cómo llevó Teresita el sufrimiento?
“La niña sufrió con mucha entereza los dolores, parecía una crucificada. Ella comulgaba todos los días y rezaba con el sacerdote. He visto en la enfermedad de mi hija un martirio y cada vez que entraba en la habitación de la UCI era como entrar en el Calvario. Ya no podía hablar la niña, pero sabía que mi hija ofrecía todo su sufrimiento”. A la propia abuela le dijo que antes de quererla a ella, debía querer a Jesús.
Cuando estaba en medio de los más fuertes dolores decía, con un soplo de voz: Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
Después de ver una película de la madre Teresa se encendíó su deseo de ser misionera, y también de promover un hospital para niños. “Ella quería ser misionera para que todo el mundo fuese al cielo. “Un día me preguntaba el por qué del dolor y yo le explicaba que era porque era muy amiga de Jesús y le daba a participar de su cruz y ella lo entendió perfectamente”. En medio de sus dolores, tenía espacio mental para pensar en la aflicción de sus padres y por ello les mandaba audios para consolarlos.
Soñó con el cielo
“Tuvo varios sueños con el cielo. En el primero dijo que estaba muy bien y que había visto al abuelito. Y en enero volvió a soñar con el cielo y el abuelito, pero añadió que le había pedido a Dios si podía ver a Carlo Acutis, deseo que le fue concedido. También tenía mucha devoción a Santa Perpetua y providencialmente murió en el día de la santa”.
Deje su Comentario