Cuando el purpurado estuvo Cuba en el 2020, una visita harto lo conmovió.
Nueva York (23/03/2021 07:59, Gaudium Press) Que en Cuba haya Carmelitas Descalzas, ya representa una sorpresa, al menos para quien estas líneas escribe, y sobre todo, como dijo el Cardenal Timothy Dolan, es un motivo de esperanza para la isla-prisión, pues las monjas de clausura siguen siendo el pararrayos de la justicia de Dios, y fuente de innumerables gracias.
Pero bien, la historia es que en una visita que a muchos sorprendió, el Cardenal Arzobispo de Nueva York viajó a Cuba en febrero de 2020, y una de sus escalas allí, de pronto la que más lo confortó, fue a las Carmelitas Descalzas, el día 12 de febrero.
Era la única máquina existente en la Isla-prisión
Su visita, breve, también fue oportunidad para que el Cardenal les dijese que si de algo precisaban, se lo hicieran saber. Pero eso, que las monjas tal vez hayan tomado como una mera cortesía, fue la ocasión para una salvación: La máquina de hacer hostias de las religiosas – la única existente en toda Cuba – se había dañado, no había forma de arreglarla por la precariedad que se vive en esa isla, y entonces ellas pidieron al purpurado que les ayudase en el arreglo.
El Cardenal movido por el recuerdo y el humilde y necesario pedido, quiso hacer más, y encargó una de esas máquinas a una fábrica que las produce en España, la que aunque tuvo problemas en el envío, terminó consiguiendo su cometido a mediados de febrero de este año.
La superiora, Madre Ana Mercedes de Jesús Crucificado, mucho agradeció al Cardenal Dolan y a la Arquidiócesis de Nueva York el obsequio.
“Ver a estas maravillosas hermanas, saber que están orando a diario, dando su vida en silencio y penitencia y orando por el bien de las almas, la conversión de los pecadores, por la gloria del nombre de Dios, por el amor de Jesús y su Iglesia, qué gran bendición”, dijo el cardenal Dolan. “Entonces, hermanas, gracias. Las amamos en los Estados Unidos”. (SCM)
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