En su catequesis de la Audiencia General de hoy, Francisco mostró que con la oración todo crece, y sin ella todo se marchita.
Ciudad del Vaticano (14/04/2021 10:55, Gaudium Press) En su catequesis de la Audiencia General de hoy sobre la oración, realizada desde la Biblioteca Apostólica, el Papa Francisco trató sobre la Iglesia como escuela de oración.
El don de la oración comúnmente lo hemos recibido en la infancia, “con sencillez”. Pero hemos de darnos cuenta que “es un patrimonio grande y muy rico, y que la experiencia de la oración merece ser profundizada cada vez más”.
“Quizá custodiamos el recuerdo de la madre y del padre que nos enseñaban a recitar las oraciones antes de ir a dormir. Esos momentos de recogimiento son a menudo aquellos en los que los padres escuchan de los hijos alguna confidencia íntima y pueden dar su consejo inspirado en el Evangelio. Hace bien recordarlos”, dijo el Papa.
La oración es la respiración de la fe
La fe es un don que se desarrolla con nosotros, que es también susceptible de “momentos de crisis y resurrecciones”. Y para alimentar la fe, para permitir que ella ‘respire’, está la oración:
“Crecemos en la fe tanto como aprendemos a orar. Después de ciertos pasajes de la vida, nos damos cuenta de que sin la fe no hubiéramos podido lograrlo y que la oración ha sido nuestra fuerza. No solo la oración personal, sino también la de los hermanos y de las hermanas, y de la comunidad que nos ha acompañado y sostenido”, expresó el Pontífice.
En la Iglesia, las cosas crecen cuando hay oración, y el demonio busca atacar este esencial nutriente de la Iglesia:
“Cuando el Enemigo, el Maligno, quiere combatir la Iglesia, lo hace primero tratando de secar sus fuentes, impidiéndoles rezar. Si cesa la oración, por un momento parece que todo pueda ir adelante como siempre, pero poco después la Iglesia se da cuenta de haberse convertido en un envoltorio vacío, de haber perdido el eje de apoyo, de no poseer más la fuente del calor y del amor”.
La oración alimenta la fe y la esperanza – Es el motor de los santos
“Con la oración alimentan la llama de su fe, como se hacía con el aceite de las lámparas. Y así van adelante caminando en la fe y en la esperanza. Los santos, que a menudo a los ojos del mundo cuentan poco, en realidad son los que lo sostienen, no con las armas del dinero y del poder, sino con las armas de la oración”, dijo el Papa, agregando que “podemos concluir que la lámpara de la fe estará siempre encendida sobre la tierra mientras esté el aceite de la oración”.
Es preciso enseñar a las nuevas generaciones el arte de la oración: “Sin la luz de esta lámpara, no podremos ver el camino para evangelizar; no podremos ver los rostros de los hermanos a los que acercarse y servir; no podremos iluminar la habitación donde encontrarnos en comunidad… Sin la fe, todo cae; y sin la oración, la fe se apaga. Por esto la Iglesia, que es casa y escuela de comunión, es casa y escuela de oración”.
Con información de Vatican News
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