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“Ay de los que mueran en pecados mortales”, dijo el predicador de la Casa Pontificia, quien pidió “volver a predicar sobre la muerte”.
Ciudad del Vaticano (04/12/2020 10:25, Gaudium Press) En su primera predicación de Adviento, el capuchino ahora Cardenal Raniero Cantalamessa habló sobre la correcta perspectiva que sobre la vida ejerce la consideración de la muerte.
El Papa y demás prelados de la Curia Romana escucharon la meditación del predicador de la Casa Pontificia en el Aula Pablo VI, para facilitar las medidas antipandemia.
“Reflexionar sobre la realidad de la muerte tal como se presenta a la experiencia humana, con el fin de sacar lecciones de ella para vivir bien”, es algo a lo que invitó el nuevo purpurado, creado cardenal el 28 de noviembre pasado. Es bueno tener constantemente vivo “el pensamiento de la muerte”, y recordó a este propósito un clásico del tema, la Preparación para la muerte del gran San Alfonso María de Ligorio.
La visión cristiana de la muerte no es la de la ‘nada’, de un Heidegger o un Sartre, sino la de todo un San Agustín, para quien la muerte es la que presenta la perspectiva correcta de la vida.
“No hay mejor lugar para colocarse para ver el mundo, a uno mismo y todos los acontecimientos, en su verdad, que el de la muerte. Entonces todo se pone en su justo lugar”, dijo.
Tras la muerte “sigue inmediatamente el juicio de Dios” y entonces “todo adquiere su justo valor… Mirar la vida desde el punto de vista de la muerte otorga una ayuda extraordinaria para vivir bien. ¿Estás angustiado por problemas y dificultades? Muévete, colócate en el punto correcto: mira estas cosas desde el lecho de muerte”.
“¿Cómo te gustaría haber actuado? ¿Qué importancia darías a estas cosas? ¡Hazlo así y te salvarás! ¿Tienes una discrepancia con alguien? Mira la cosa desde el lecho de muerte. ¿Qué te gustaría haber hecho entonces: haber ganado o haberte humillado? ¿Haber prevalecido o haber perdonado? El pensamiento de la muerte nos impide apegarnos a las cosas”: acerca de todo ello reflexionó el Capuchino.
La ‘hermana muerte’. No morir en pecado mortal
En lenguaje que recuerda a su fundador, el Santo de Asís, el Cardenal Cantalamessa habló de “la hermana muerte”, esa que “es una muy buena hermana mayor y una buena pedagoga. Nos enseña muchas cosas; basta que sepamos escucharla con docilidad”. “Un día, una hora sola, una buena confesión”, “¡qué diferentes nos parecerían estas cosas en ese momento! [de la muerte] ¡Cómo las preferiríamos a cetros y reinos, a una larga vida, a riqueza y a salud!”.
Predicar sobre la muerte aún es útil, y mucho más en esta sociedad pos cristiana, como lo fue en los primeros tiempos del cristianismo. Por lo demás el cristiano adquiriendo el miedo a la muerte eterna le pierde el miedo a la muerte temporal.
“Debemos volver a predicar sobre la muerte”, sentenció el neo cardenal, pues “¡ay de los que mueran en pecados mortales!”. Sin embargo, «¡quita el pecado y has quitado también a tu muerte su aguijón!”.
Con información de ReligiónEnLibertad
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