Es común que por estos días se estén celebrando misas por religiosos fallecidos a causa del Covid 19. Pero la historia de Sor Constanza, es un oasis en medio del desierto de dolor.
Roma (21/08/2020 08:31, Gaudium Press) Es común que en días pasados y aún los actuales, las puertas de los templos recientemente abiertas a los fieles estén celebrando las misas de difuntos que no se pudieron celebrar durante el confinamiento por el Covid 19.
Y que en estas misas de difuntos estén incluidas las intenciones de religiosos, sobre todo mayores, que fallecieron como consecuencia de la pandemia. Dios los tenga en su gloria o los lleve pronto a ella.
Ya en marzo, había decenas de religiosas contagiadas
Sin embargo, en medio del dolor propio a esta crisis, reconforta escuchar historias como la de la hermana Constanza Midena, religiosa de las hermanas Pasionistas de Signa, en la provincia de Florencia, en cuyo convento se registró uno de los primeros brotes del Covid 19 en la Toscana.
Ya en marzo, en el convento, habían decenas de religiosas contagiadas.
En esa casa, que es a la vez sede principal de la orden monástica, pero también casa de reposo para las más ancianas, se registraron 31 hermanas contagiadas al inicio de abril.
Las religiosas después de una vida entregada a la misión, encontraban su refugio antes del encuentro con Dios en el convento de Signa; pero esta vez, tuvieron que vérselas con la peste, desde una mirada de fe.
Después de las primeras 30, el número de contagiadas subió a 50, luego a 70. eñ riesgo de vida entre ellas era muy alto, debido en buena parte a la edad de muchas de las contagiadas.
Pero Sor Constaza, que fue una de las contagiadas, y que tiene la particularidad no menor de tener 102 años, no fue ni siquiera hospitalizada, y finalmente derrotó la pandemia permaneciendo siempre en el convento.
“Con gran alegría –anunciaron las hermanas Pasionistas– celebramos los 102 años de Sor Constanza Midena, todos vividos en la entrega a Dios, en la oración y en el servicio asiduo e incondicional a los hermanos y hermanas confiados a ella en la misión. La comunidad quiso agradecer al Señor con una celebración presidida por el párroco Don Vincenzo”.
Con información de ANSA
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