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Llegaba el P. Richard Narciso, temprano, al Fatima Hospital, para atender a una mujer que murió después por coronavirus…
El P. Ranallo se coloca su careta
Providence (24/06/2020 18:02, Gaudium Press) Llegaba el P. Richard Narciso, temprano, al Fatima Hospital, para atender a una mujer que murió después por coronavirus. El sacerdote – párroco de la iglesia de San Roberto Belarmino, en Providence, estado de Rhode Island, EE.UU. – iba a aplicarle la unción de los enfermos, a pedido de su familia.
Sintió el P. Robert subir su ansiedad.
La enfermera guía le fue explicando los procedimientos a seguir para mitigar el riesgo de contagio del Covid-19. El sacerdote fue vestido por las enfermeras con toda una armadura de rigor, que incluía un traje conteniendo una unidad de purificación de aire. Guardaba en su mente todas las instrucciones que le estaban dando: cómo entrar, cómo salir del cuarto donde estaba la enferm, etc.
“Una vez que ingresé a la unidad, mi conocimiento y comprensión de la severidad y la gravedad de esta crisis de salud pública se multiplicó por diez”, dijo el Padre al Rhode Island Catholic, el periódico diocesano de Providence. Pero pensando en la corte de ángeles y santos que alaban a Dios en su trono de gracia, sintió una fuerza renovada y se embarcó en la misión sacramentaria.
Ya ante la enferma, el P. Narciso rezó para que sus ojos se abrieran a la presencia de Cristo, y que su corazón fuese inundado por el deseo de ver a Dios cara a cara en el reino celestial, y con su mano enguantada y un copo de algodón le aplicó el santo óleo.
Después, removió cuidadosamente los guantes, mientras iba pensando en el gran cariño y compasión que vio del equipo de enfermeras a sus pacientes, incluyendo a Gloria, la enfermera que le había dado las instrucciones para su ingreso. Y dio gracias al Señor por ello, ellas eran para esas personas que sufrían, el rostro caritativo de Dios.
Un equipo de 17 sacerdotes
El P. Narciso es uno de los 17 sacerdotes que atienden a los enfermos de coronavirus en la diócesis de Providence, un equipo dirigido por el P. Albert Ranallo, Coordinador de cuidado pastoral para los centros de atención sanitaria de la diócesis.
Se decidió conformar el equipo para evitar que sacerdotes muy ancianos, o sin la instrucción preventiva necesaria, corrieran riesgos. Este grupo de presbíteros recibe capacitación vía internet por parte del personal sanitario. Y también se quiso que este grupo de padres estuviera preparado, por si volvían a producirse picos de la epidemia. También están los enfermos que aunque no se encuentren en hospitales piden la unción de los enfermos, y hay que prevenirse por si tienen el coronavirus, para lo que hay que entrenarse.
El P. Ranallo previene a su equipo de sacerdotes: Se “debe estar atento al personal médico” y sus indicaciones, cuando se va a un hospital. “Se debe ser muy cuidadoso en cómo se coloca el equipo de protección personal. Ellos [personal médico] indican el protocolo para colocarse en equipo de protección personal, qué va primero, segundo y tercero. Ustedes deben asegurarse que van seguros”, les dice el sacerdote coordinador.
Por ahora, cuando van a visitar enfermos a sus casas, el equipo de presbíteros que atiende estas personas lleva guantes y máscaras N95. Pero el P. Ranallo está trabajando para reunir batas, más guantes y más máscaras. Hay que cuidar a los sacerdotes que realizan esta insigne e importante misión.
Con información del Catholic News Service
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