Matt Champion, arqueólogo, aceptó el ofrecimiento que le fue hecho: pasaría el tiempo de confinamiento por la pandemia en la mansión Oxburgh Hall, perteneciente a la familia Bedingfeld.
Redacción (19/08/2020 16:50, Gaudium Press) Lo que encontró un arqueólogo durante la pandemia en una casa católica. Muy interesante.
Matt Champion, arqueólogo, aceptó el ofrecimiento que le fue hecho: pasaría el tiempo de confinamiento por la pandemia en la mansión Oxburgh Hall, perteneciente a la familia Bedingfeld, ubicada en el condado de Norkfolk en el centro de Inglaterra.
Sir Edmund Bedingfeld heredó en 1476 los terrenos sobre los cuales construiría su mansión.
Sir Henry no acepta la proscripión del culto católico
El hijo de Edmund, Sir Henry, de gran influencia en la corte de los Tudor, no quiso firmar el Acta de Uniformidad de 1559, que proscribía el culto católico. Y desde entonces la familia siempre se mantuvo fiel a su fe, a pesar de persecuciones y marginaciones.
En la casa hay una de esas maravillas llamadas los “agujeros del cura”, por donde los sacerdotes ya proscritos entraban y salían para atender confesiones y celebrar misa.
El arqueólogo Champion no estaba solo de visita en la Oxburgh Hall: investigaría en los áticos de la casa a ver que hallaba. Y mucho encontró, bajo las maderas. Tanto, que el National Trust, asociación especializada en patrimonio histórico, considera es “el mayor tesoro arqueológico de este tipo escondido bajo la madera” en una casa de este tipo. “La variedad, antigüedad y significación de los objetos encontrados y lo que nos revelan sobre la historia de Oxburgh Hall lo convierten en un descubrimiento único”, afirma.
Elementos para la celebración clandestina de la misa
Halló Champion un manuscrito del S. XV que se puede identificar como “el salmo 39 de la Biblia Vulgata”. Este texto parece pertenecer a un Libro de Horas, que se utilizaban para la oración privada: “El hecho de que se utilizaran tintas de oro y azul para las [letras] capitales, en vez de los más habituales azul y rojo, sugiere que debe haber sido un libro muy caro de producir, que pudo pertenecer a Sir Edmund Bedingfeld”, afirma una experta del National Trust.
Estamos hablando de una familia católica en la época en que el catolicismo era perseguido. Por ello no es de extrañar, aunque sí de admirar, que se hayan encontrado también otros elementos para la celebración de misas, como partituras musicales del S. XVI. También un libro de Salmos de San Juan Fisher.
Fueron encontrados igualmente trozos de una edición de 1590 del Amadís de Gaula, libro de caballería de la literatura española, escrito por vuelta de 1420: Es sabido que “los católicos [ingleses] de aquel periodo solían leer romances ubicados en España, porque los libros mencionan la misa”.
También se hallaron otros objetos más recientes, cigarrillos y cajas de chocolate del período de la II Guerra. Igualmente habían sellos de cera y fragmentos de manuscritos ingleses y franceses del S. XVIII, que permiten inferir que habitaciones de la casa fueron usadas para la clasificación de correspondencia.
Todo lo que se puede hallar en una mansión inglesa, de católicos, del S. XVI.
Con información de ReligionenLibertad
Deje su Comentario