Han levantado aún más suspicacias las declaraciones del Cardenal José Luis Lacunza sobre su desaparición por 48 horas, proferidas en la misa dominical.
Redacción (06/02/2024, Gaudium Press) Han levantado aún más suspicacias, si es que esto era posible, las declaraciones del Cardenal José Luis Lacunza sobre su desaparición por 48 horas, proferidas en la misa dominical.
El Cardenal agustino español, Obispo de David en Panamá, se dirigió a los fieles en la Catedral de San José con estas palabras para referirse a hechos que atrajeron la atención del mundo católico: “Quiero ofrecerles mi disculpa y pedirles perdón por el disgusto que les causé los días pasados. Sé que pasaron un mal rato. Algunas, derramaron abundantes lágrimas. No las merezco, se lo digo sinceramente, pero las agradezco. Y agradezco sobre todo sus oraciones”.
“Fue una trastada estúpida. Que no las hice cuando tenía 15 años y la he hecho ahora cuando voy a cumplir 80. ¡Qué barbaridad! Cuando más viejo, más pendejo”, afirmó.
Tal vez el purpurado de 79 años, y que dentro de poco dejará de pertenecer al cuerpo de cardenales electores, aún no se haya percatado que su desaparición y todo lo que a esta se refiera fue de repercusión mundial, pues así no hubiera usado un lenguaje tan coloquial, expresiones ya replicadas por innúmeros medios de comunicación, levantando a su vez nuevas preguntas y dudas.
Es probable que hayan sido también estas etéreas declaraciones, las que movieron al procurador general de Panamá, Javier Caraballo, a ofrecer explicaciones a periodistas:
Las autoridades recibieron “la denuncia de una desaparición de este alto prelado de la Iglesia Católica. De manera inmediata desplegamos todos los esfuerzos, tanto del Ministerio Público como la Policía Nacional [y] el señor es ubicado”.
“No obstante es importante establecer que el trato respecto a él siempre ha sido el trato que se le da a una víctima; es decir a la víctima o posible víctima de una conducta delictiva”, dijo el Procurador.
“De manera tal que, a pesar de que sabemos que la ciudadanía está ávida en conocer, nosotros debemos respetar la intimidad y debemos respetar los derechos de la víctima y eso es lo que estamos haciendo”, precisó Caraballo.
Es del caso decir que las declaraciones del Procurador Caraballo, más que respuestas plantean otras preguntas.
¿Cuál fue la conducta delictiva de la que habría sido víctima el Cardenal Lacunza? ¿Existe? ¿Por qué no la mencionó el Cardenal en su sermón dominical? ¿Por qué el purpurado cargó sobre sí toda la responsabilidad de lo ocurrido, cuando habló de una ‘trastada [travesura] estúpida’ de su parte? ¿Cuál fue la trastada que hizo ahora que no hizo cuando tenía 15 años y que condujo a la desaparición por 48 horas de un Cardenal de la Santa Romana Iglesia, uno de los pocos cardenales centroamericanos?
Y otras preguntas, relacionadas con sus capacidades de administración de una diócesis: ¿Cuenta el Cardenal con todas las capacidades físicas y mentales para la administración de una jurisdicción eclesiástica? ¿Es probable que los hechos o circunstancias que condujeron a su ausencia se vuelvan a repetir? ¿Qué se está haciendo para que esto no ocurra?
Por el momento, el interés por el tema de la desaparición del Cardenal Lacunza no ha disminuido, en absoluto. (CCM)
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