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Mons. Shao Zhumin ya sabe que cuando se acerca una festividad religiosa importante los comunistas lo encarcelan.
Redacción (12/11/2021 09:47, Gaudium Press) Mons. Shao Zhumin ya conoce de sobra lo que es el “turismo” al que periódicamente lo ‘invitan’ las autoridades comunistas chinas.
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El obispo de Wenzhou sabe que antes de alguna fiesta religiosa importante, los comunistas descabezan la comunidad católica de la provincia de Zhejiang y se lo llevan. Y como se acercaba la fiesta de Todos los Santos y la de los Fieles Difuntos, muy celebradas entre los católicos de esa provincia china, pues era el momento para que los comunistas lo llevaran a conocer las bellezas turísticas de la región, ciertamente esas de paredes frías, barrotes grises y caras de animadversión glacial. Y pensar que ese es el gigante que quiere ser la nueva monopotencia mundial.
Pero bien, el valiente Mons. Zhumin ciertamente estará pronto a seguir haciendo ‘turismo’, pues se niega a inscribirse en las listas de la iglesia oficial del partido comunista chino. Y los fieles, por canales discretos pero fluidos, deberán seguir pidiendo al mundo que rece por su obispo, oraciones que esta vez fueron atendidas:
Fuentes locales confirmaron a Asia News la liberación del prelado, si bien se desconoce el momento exacto de la liberación. Numerosas agencias e instituciones internacionales estaban presionando. Ahora, los fieles dan gracias a Dios, y el obispo puede darse por bien servido por la Providencia, pues esta ‘jornada turística’ solo duró dos semanas, cuando en anteriores han trascurrido meses.
El anterior obispo, un mártir
La costumbre de llevar a ‘turistear’ al obispo es heredada del anterior prelado, el primero de Wenzhou, Mons. Lin Xili, con quien hacían lo mismo, y a quien prácticamente los comunistas mataron, pues lo arrestaron en 1999 hasta su muerte diez años después.
Por en cuanto, sigue bajo arresto domiciliario (¿turismo doméstico?) Mons. Jia Zhiguo, y acosados Mons. Guo Xijin, y Shang Weizhu, que tampoco quieren hacer parte del listado oficial de los comunistas. (Gaudium Press / Saúl Castiblanco)
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