Son cuatro obispos que ya vienen haciendo historia, y que la siguen haciendo.
Redacción (14/11/2023 15:36, Gaudium Press) Son cuatro obispos que ya vienen haciendo historia, y que la siguen haciendo.
Se trata del Cardenal Rainer Maria Woelki, Arzobispo de Colonia; Mons. Gregor Maria Hanke, obispo de Eichstätt; Mons. Stefan Oster, obispo de Passau; y Mons. Rudolf Voderholzer, obispo de Ratisbona. Ellos se negaron a participar de la sesión constitutiva del llamado ‘Comité Sinodal alemán’, órgano propugnado por el Camino Sinodal alemán y cuya conformación ha sido objetada por el Vaticano.
Ya ha reaccionado a esa ausencia la insospechada Irma Stetter-Karp, co-presidenta en su momento del Camino Sinodal alemán, diciendo que los cuatro prelados son causantes de “daños imprevisibles” a sus diócesis y a la Iglesia. Sabrá la laica mejor que esos Obispos.
Por lo demás, la cacareada ‘sinodalidad’ en la que se quiere enmarcar el surgimiento de este cuestionado organismo, parece que no pasa de eslóganes: la primera reunión de tal Comité Sinodal alemán fue realizada a puerta cerrada, pues, dijeron, los integrantes del Camino Sinodal deben ponerse primero de acuerdo a su acción de cara a la Opinión: “Es un instrumento de trabajo y, por lo tanto, tiene un estatus diferente en términos de percepción pública que una asamblea sinodal”, ha dicho Mons. Bätzing, Obispo de Limburgo y presidente del episcopado alemán. “Queremos aclarar las formas de una mayor cooperación y encaminarlas por el camino correcto”, afirmó.
La misión de este Comité Sinodal alemán, es concretizar las disposiciones del Sínodo alemán, y preparar la constitución de un Consejo Sinodal, que sería un órgano no meramente consultivo sino de gobierno de la Iglesia alemana, integrado por clérigos y laicos.
Los lineamientos, subyacentes, son ciertos, aunque a veces no sean tan explícitos: “el objetivo es claro: responsabilidad compartida y fortalecimiento de la participación”, dice Thomas Söding, vicepresidente del Comité Central de los Católicos alemanes (ZdK). “Trabajamos con las oportunidades que tenemos localmente, basándonos en nuestra historia, con nuestras habilidades. Ofrecemos esto como modelo. Habrá otros modelos en la Iglesia católica. Todo es bueno cuando la responsabilidad recae sobre el mayor número posible de hombros y cuando la tarea específica de los obispos se sitúa en una nueva relación con la competencia del pueblo de Dios”, dice Söding, para quien “no existe un comité sinodal o un consejo sinodal como ‘autoridad superior’, sino que existe una responsabilidad compartida de la Conferencia Episcopal, por un lado, y del ZdK por otro lado”.
A buen entendedor, pocas palabras bastan: cambio de la estructura jerárquica de la Iglesia en Alemania (las otras naciones verán qué modelo quieren), de su gobierno y ciertamente también de los mecanismos de definiciones doctrinarias, rumbo a un sistema democrático-liberal de ‘responsabilidad compartida’. Algo no compatible con la Iglesia como la creó Jesucristo. Pero así estamos. Es eso lo que han ‘boicoteado’ los cuatro obispos. (SCM)
Con información de ABC
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