Gregoriano, una universidad aneja, vocaciones jóvenes… los secretos de Heiligenkreuz.
Redacción (17/10/2024 10:29, Gaudium Press) En estos tiempos, invierno demográfico vocacional, que haya una abadía en Europa con más de 100 monjes, y siguiendo la estricta regla cisterciense, en más que un hito, es un ejemplo a investigar y tal vez a seguir.
Se trata de la abadía cisterciense de Heiligenkreuz, ubicada a solo 15 kilómetros al suroeste de Viene, que ve una primavera de vocaciones como no contemplaba desde el asedio turco de Viena en 1683.
Pero si ya el número de sus orantes es exorbitante para estos tiempos y para ese territorio, algo que debería hacer poner la lupa de todos los reclutadores es que la media de edad de los monjes sea solo de 45 años: sí, no pasan la quinta década. Es claro que también alberga sus ancianos, pero la nota es juvenil.
A continuación sigue una inmersión que ha hecho Religión En Libertad por la realidad de este monasterio:
El padre Karl Wallner, uno de los cistercienses más conocidos de Heiligenkreuz y quien fue rector de la Universidad Pontificia aneja al monasterio entre 1999 y 2019, y desde entonces es Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Austria, ofreció algunas claves en una entrevista: “Las vocaciones no son un ‘honor’ del que presumir, sino una misión. Dios no llama a la gente por casualidad, sino porque necesita obreros para su mies. Y aquí, en la Abadía de Heiligenkreuz, tenemos mucho trabajo que hacer, para Él y para su Iglesia”.
Según el padre Karl, varios factores han contribuido al florecimiento vocacional en Heiligenkreuz. En primer lugar, el profundo amor y compromiso con la Iglesia Católica y la fidelidad a sus tradiciones. “Intentamos vivir completamente en sintonía con el Santo Padre, basándonos en las santas tradiciones de nuestra orden y de la Iglesia. Además, nuestra vida comunitaria y la pastoral juvenil viva son aspectos fundamentales que atraen a los jóvenes”.
El camino de un joven cisterciense
Para entender de primera mano cómo se gestan estas vocaciones, resulta significativo el testimonio de uno de los jóvenes monjes de Heiligenkreuz, el hermano Wilhelm Mauser, quien en septiembre de 2023 publicó un ensayo en Die Tagespost donde narraba su camino hacia la vida monástica.
Wilhelm nació en 1999 y fue bautizado en una iglesia protestante, pero en 2009, tras una búsqueda profunda y discernimiento por parte de sus padres, fue recibido en la Iglesia Católica. Este proceso incluyó una catequesis intensa y personalizada por parte de su párroco, quien preparó a Wilhelm para recibir su Primera Comunión.
Esta educación en la fe fue clave para que, a pesar de las dudas e incertidumbres propias de la adolescencia, “nunca me desviara realmente del rumbo de la Iglesia, en las tormentas de dudas, preguntas e incertidumbres, aparte de mis pecados”.
Aunque poco después de ser monaguillo en su parroquia Wilhelm albergó el deseo de ser sacerdote –prosigue en su testimonio–, a los 16 años, Wilhelm experimentó una crisis de fe que lo llevó a cuestionarse profundamente su identidad católica. Las discusiones con su profesor de latín y griego, un agnóstico con una sólida formación intelectual, lo hicieron preguntarse si su fe era simplemente un producto de la educación recibida. Sin embargo, una visita a Heiligenkreuz con su grupo de monaguillos transformó su vida.
En el monasterio, Wilhelm encontró lo que él denomina su “hogar espiritual”. Las conversaciones que allí mantuvo, el rezo del rosario y la lectura de libros de apologética le ayudaron a reconectar con su fe y a encontrar respuestas a sus inquietudes. “Aunque no puedo saber con absoluta certeza si Dios existe, sé que sin Él mi vida carecería de sentido. Y si no hubiera un sentido en la vida, entonces nada importaría realmente”, concluye.
Aunque inicialmente Wilhelm se sintió atraído por la idea de una vocación misionera, tras pasar un año como voluntario en Perú con los Misioneros Siervos de Dios, decidió que su lugar estaba en Heiligenkreuz.
“Me inspiraban muchas cosas de Heiligenkreuz: su orientación misionera, el canto gregoriano, la comunidad joven, la universidad… todo ello me dio la certeza de que Dios me llamaba a este lugar”, relataba.
Hoy, el hermano Wilhelm es uno de los muchos jóvenes que han encontrado en la abadía un lugar para vivir su fe plenamente. “Sin esta certeza de que Dios me quería aquí, no me habría incorporado o pronto me habría marchado de nuevo”.
La Abadía y la Universidad de Heiligenkreuz
La historia de la Abadía de Heiligenkreuz se remonta al año 1133, cuando fue fundada por San Leopoldo III (1073-1136) de Austria. Fue uno de los monasterios cistercienses establecidos durante la vida de San Bernardo de Claraval (1090-1153), una de las personas más influyentes en la expansión de la orden cisterciense: a su muerte había ya 343 monasterios cistercienses en toda Europa.
La abadía ha permanecido habitada ininterrumpidamente desde su fundación, lo que la convierte en el segundo monasterio cisterciense más antiguo del mundo en funcionamiento continuo, solo después de la abadía de Rein, fundada en 1129.
En cuanto a su vida académica, Heiligenkreuz cuenta con la “Pontificia Universidad Filosófico-Teológica Benedicto XVI”, una institución de gran prestigio que fue elevada a este rango por el Papa Benedicto XVI en 2007.
Aunque desde sus primeros días la abadía promovió los estudios teológicos, fue en 1802 cuando se fundó oficialmente el Institutum Theologicum, que posteriormente evolucionó hasta convertirse en la actual universidad. Hoy en día, más de 300 estudiantes se forman en esta institución, la mayoría preparándose para el sacerdocio.
Bajo la dirección del padre Karl Wallner, la universidad vivió un crecimiento significativo y se fortaleció su enfoque en una formación teológica arraigada en la verdad revelada.
“Aquí creemos sinceramente en la verdad revelada por Dios y vemos la fe como algo feliz, orientador y que cambia el mundo. Amamos a la Iglesia, estamos profundamente unidos al Santo Padre porque creemos en la promesa de Cristo de que una Iglesia fundada sobre San Pedro no perecerá jamás. Somos eucarísticos y marianos por naturaleza y queremos conquistar el mundo para Cristo”, explicó Wallner en la mencionada entrevista. Señalaba asimismo un aspecto distintivo: “aquí también podemos ofrecer orientación espiritual a los jóvenes, algo que no es posible en una facultad”.
Teología y espiritualidad vivas
Este aspecto lo resaltaba también el nuevo rector, Wolfgang Klausnitzer, cuando tomó posesión de su cargo en enero de 2023.
Klausnitzer, sacerdote diocesano, es el primer rector no cisterciense de la institución, aunque lleva vinculado a ella desde 1987, y desde 2007 como director del Instituto de Dogmática y Teología Fundamental. Al mismo tiempo, desde 2007 a 2016 desempeñó la cátedra de Teología Fundamental y Estudios Religiosos Comparados en la Facultad de Teología Católica de la Universidad de Würzburg.
En su discurso de inauguración, afirmó que la universidad es “un lugar donde la teología y la espiritualidad se combinan para seguir el camino de la Iglesia en el corazón de la fe”.
Este enfoque espiritual, junto con la fidelidad a la Iglesia y al Santo Padre, sigue siendo uno de los pilares de la comunidad de Heiligenkreuz.
Con información de Religión En Libertad.
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