Macron no resiste la presión de los católicos: no solo autoriza misas sino que revisará límite impuesto

Ayer el presidente francés había anunciado que se podía retomar las misas, pero con un límite máximo de 30 personas por oficio.

Foto: Tomada de video de Le Figaro

París (25/11/2020 08:40, Gaudium Press) No podía dejar de ser: las manifestaciones de los católicos que se sucedían en Francia, en las afueras de las iglesias, en las plazas, pidiendo el regreso de sus misas quebrarían las restricciones draconianas impuestas por el gobierno, que desde el 2 de noviembre pasado había prohibido el culto con público en todo el país galo.

Ayer, el presidente Emmanuel Macron anunciaba de forma bombástica y como gran concesión que se volvería a permitir el culto desde el próximo sábado 28 de noviembre, pero con el absurdo límite de 30 personas por oficio.

Límite absurdo y también irrespetuoso, según las palabras de Mons. Matthieu Rougé, obispo de Nanterre: “En nuestras discusiones con los poderes públicos, tratábamos de cuestiones de proporción en función del tamaño de los edificios de culto”. Es decir, se conversaba con el gobierno de algo, y de un momento para otro, de forma irrespetuosa, el gobierno manda al traste ese algo e impone su criterio.

Por lo demás, el límite de 30 personas es evidentemente absurdo: “Usted bien lo ve, 30 personas en una inmensa iglesia o en una gran catedral es ridículo, como 30 personas en una pequeña capilla es demasiado”, explicaba también Mons. Rougé en diálogo con Europe 1.

Pero parece que el gobierno tampoco ha podido resistir la constatación creciente de este absurdo, y ha anunciado que después de una conversación anoche con Mons. Eric de Moulins-Beaufort, presidente del episcopado francés, Macron estudiará lo referente a un nuevo techo máximo de fieles por oficio, para establecer un “indicador realista, siendo siempre estrictos”, según informa un comunicado del episcopado emitido esta mañana. El próximo jueves 26 Macron expondrá el nuevo criterio, que entrará en vigor el sábado 28 de noviembre y que será revisado el 15 de diciembre.

¿Lecciones para tirar de lo ocurrido?: Ni siquiera en un país altamente secularizado como Francia, y con una muy baja afluencia de los católicos a la liturgia pública, el gobierno es capaz de resistir la presión respetuosa pero decidida de los fieles, sumada a la voz firme del episcopado. (Gaudium Press/ Saúl Castiblanco)