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Más de diez años después de ser apartado de su labor pastoral, Mons. Thaddeus Ma Daqin sigue bajo restricciones en Shanghái, sin señales de un cambio en su situación.
Redacción (21/03/2025 11:39, Gaudium Press) A pesar de las recientes visitas de representantes de la Santa Sede y la diócesis de Hong Kong a Shanghái, la situación de Mons. Thaddeus Ma Daqin sigue sin cambios. Han pasado más de diez años desde que el obispo fue apartado de sus funciones, luego de rechazar su inscripción en la Asociación Patriótica Católica en 2012, entidad creada con el apoyo de la oficina de asuntos religiosos del comunismo chino, que ha sido señalada muchas veces como controladora de la vida de los católicos en China. Aún no se perciben avances significativos que permitan su retorno a las funciones pastorales.
En el otoño de 2024, el arzobispo Claudio Maria Celli, responsable de las relaciones del Vaticano con China, visitó Shanghái, y en febrero de 2025, el cardenal Stephen Chow Sau-yan, obispo de Hong Kong, presidió una misa en la Basílica de Sheshan. Sin embargo, ambas visitas no trajeron cambios visibles en la situación de Mons. Ma Daqin, quien sigue bajo estrictas restricciones.
La Historia del Obispo Ma: Símbolo y resumen de la tensión entre la Iglesia y el Estado
Thaddeus Ma Daqin, quien nació en 1968 en Shanghái. Fue ordenado sacerdote en 1994 tras graduarse en el Seminario de Sheshan. Su carrera eclesiástica reveló su compromiso pastoral y evidenció una importante labor editorial en la diócesis, siendo editor en la editorial Guangqi de la diócesis de Shanghái, una de las dos principales editoriales católicas de la República Popular China. También fue director del Decanato de Pudong de Shanghái. En diciembre de 2011, fue nombrado Vicario General por el obispo Aloysius Jin Luxian, lo que lo posicionó como un candidato natural para el liderazgo de la diócesis de esta misma ciudad.
En 2012, Mons. Ma Daqin fue nombrado obispo auxiliar de Shanghái por el Vaticano, con el beneplácito del gobierno chino.
Pero durante su ordenación episcopal, el 7 de julio de ese mismo año, Mons. Ma sorprendió a todos al anunciar públicamente su renuncia a la Asociación Patriótica Católica, organización controlada por el gobierno. Este acto de ‘desobediencia’ al régimen —aplaudido por los mil asistentes a la ordenación—provocó que fuera inmediatamente apartado de sus funciones y puesto bajo arresto domiciliario en el Seminario de Sheshan, donde ha permanecido bajo vigilancia desde entonces.
La situación de Mons. Ma Daqin ha sido un reflejo de las tensiones entre la lealtad a la Iglesia y el control político del Partido Comunista Chino de los asuntos religiosos. Su nombramiento como obispo de Shanghái fue visto como una medida que permitiría una mayor influencia de la Santa Sede en la diócesis, pero la negativa de Mons. Thaddeus a aceptar la Asociación Patriótica cambió el rumbo de su carrera.
La diócesis de Shanghái ante la división: El liderazgo de Shen Bin y la sombra de Ma Daqin
El obispo Joseph Shen Bin, quien fue nombrado obispo de Shanghái en 2023 por las autoridades chinas, es actualmente quien ocupa el liderazgo en la diócesis. A pesar de que su mandato ha sido reconocido por el Vaticano, su nombramiento fue impulsado de forma unilateral por el gobierno chino, lo que genera incertidumbre sobre su capacidad para permitir el regreso de Ma Daqin a la vida pastoral pública.
Mientras tanto, la diócesis de Shanghái vive cada día una realidad dividida, el recuerdo de Mons. Thaddeus, quien fue visto como el sucesor natural de la diócesis, persiste entre los fieles, aunque que el liderazgo de Shen ha logrado consolidarse con mejoras administrativas y un incipiente renacimiento vocacional. No obstante, como expresó con tristeza un fiel local: “En esta Iglesia sinodal, ¿hasta cuándo seguiremos siendo ignorados?”.
Una década de lucha por la libertad religiosa y la espera sin respuestas claras
La historia de Mons. Thaddeus Ma Daqin sigue siendo un símbolo resistencia en favor de la libertad religiosa en China y una advertencia sobre las tensiones entre la autoridad eclesiástica y el control político.
Más de una década después de su arresto domiciliario, la Iglesia en Shanghái sigue esperando una resolución que le permita retomar sus funciones pastorales, mientras el gobierno chino mantiene control sobre la designación de los líderes religiosos. En este contexto, la paciencia de los fieles parece estar llegando al límite, mientras la espera continúa sin respuestas claras.
Con información de InfoCatólica
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