Los ladrones sustrajeron varios objetos de una iglesia católica en Ciudad Frontera, México, tiraron la Eucaristía al suelo y la pisaron.
Redacción (10/07/2023 11:34, Gaudium Press) Monseñor Hilario González García, obispo de Saltillo, México, expresó su “tristeza e indignación” y excomulgó a los ladrones que sustrajeron diversos objetos de una iglesia católica en Ciudad Frontera, estado de Coahuila, México, y además tiraran y pisotearan la Eucaristía.
En un comunicado emitido el 7 de julio, el obispo declaró:
“Una vez más con tristeza e indignación les informo que el día de hoy en la madrugada ingresaron a la fuerza a la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores […] en Frontera, Coahuila, Capilla de la Parroquia del Verbo Encarnado. En esa Capilla sustrajeron la ofrenda económica que estaba en una caja fuerte y parte del equipo de sonido, pero lo más grave, y a la vez doloroso, es que se cometió un acto sacrílego, ya que la Sagrada Eucaristía fue sustraída indebidamente del tabernáculo, siendo arrojada a tierra y pisoteada.
“Como Obispo Diocesano, declaro, de acuerdo con el canon 1211 del Código de Derecho Canónico, que este hecho es un insulto al Sagrado Lugar [el Templo] y un Sacrilegio contra las Sagradas Especies Eucarísticas. Por lo tanto, quien lo perpetró, si fuere católico, cometió un crimen contra los Sacramentos y se hizo digno, según la ley (canon 1382 §I – CIC 2021 / canon 1367 – CIC 1983), de Excomunión Latae Sententiae. Conforme es práctica, lo comunicaré al Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
“El canon 1211 establece que, en los lugares sagrados violados con acciones gravemente injuriosas cometidas en ellos, no es lícito ejercer allí el culto, mientras la injuria no haya sido reparada mediante un rito penitencial conforme a las normas de los libros litúrgicos. El acto de reparación debe ser presidido por el Obispo Diocesano o un Delegado y, en esta oportunidad, para ese acto designé al Reverendo Monseñor Néstor Daniel Martínez Sánchez.
“Por la gravísima ofensa cometida contra Nuestro Señor, invito a todos los fieles a unirse en oración, realizando actos de reparación y fomentando el amor de Jesucristo en la Eucaristía. Invito también a los fieles y, en particular, a los párrocos a cuidar mucho la seguridad de los Santos Lugares”.
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