Se cumplen más de 48 horas de asedio policial al prelado nicaragüense.
Redacción (05/08/2022 16:34, Gaudium Press) No, no es guión de ficción aunque lo parezca.
Escena 1, ayer, en la mañana: Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, en Nicaragua, intenta salir a oficiar misa en la Catedral – como es su costumbre de los jueves – desde la curia, y la encuentra rodeada de policía, que le impide asistir. Pide que le traigan el Santísimo, e inicia con algunos fieles una adoración pública en las afueras. El Obispo llega a ponerse de rodillas ante los acosadores.
Escena 2, hoy, al mediodía: Nuevamente el Obispo quiere salir de la curia, que sigue cercada, pero constata que sí es un prisionero de facto en esa, su casa. El Obispo decide entonces celebrar dentro, y transmitir la eucaristía por los medios virtuales de la diócesis.
Escena 3: el Obispo tiene que desarrollar toda su labor pastoral de manera virtual, que empieza a ser seguida por personas del mundo entero.
Lo cierto es que desde el miércoles al mediodía, el prelado y sus servidores están bajo asedio policial, y en este momento rodeados por alrededor de 50 agentes. El lunes el Obispo retaba al gobierno Ortega a que demostrara la legalidad de la orden de cierre de las 6 radios de la diócesis (Escena A); parece que al gobierno dictatorial no le gustó que se le pidiera rendición de cuentas, y procedió al mejor estilo bolchevique, a ‘encerrar’ al obispo, como al Cardenal Midszenty.
Pre-escenas: Desde inicios de mayo la policía había iniciado ola de acosos a sacerdotes como el P. Harving Padilla, párroco de la iglesia San Juan Bautista de Masaya, y al P. Uriel Vallejos, párroco en Sébaco, Matagalpa.
Escena final: Aún está por escribirse. Porque como dijo el Obispo ayer, es Jesucristo “el Señor de Nicaragua”, no Ortega o Rosario Murillo.
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