Menú 
La ciudad francesa de Nantes optó por no celebrar la Navidad tradicionalmente con luces, iluminaciones, pinos, belenes… sino que prefirió decoraciones seculares y feas. El resultado fueron las críticas y la decepción de la población.
Redacción (08/01/2024, Gaudium Press) La época navideña llega a su fin…, y con ella, el momento de guardar los adornos que embellecían esta época tan especial del año. No podemos negar que al acto de guardar las guirnaldas, desmontar las luces y retirar las bolas del árbol de Navidad, así como del propio pino, se junta un atisbo de nostalgia, para algunos, incluso más que eso.
Al despedirnos del pesebre, también nos despedimos de los simpáticos animales que estuvieron presentes durante el Adviento y la Navidad. Los ángeles son cuidadosamente guardados, esperando hasta la próxima fiesta de la Natividad del Señor. Las imágenes de San José y la Virgen Madre de Dios, así como la del pequeño Niño Jesús que reinó en su trono, el pesebre, son retiradas y guardadas con mimo en dignos recipientes hasta la próxima celebración navideña.
Definitivamente, a pesar de la nostalgia, el acto de guardar el belén y otros adornos forma parte de la tradición navideña. Sólo recuerde la alegría de jóvenes y mayores al decorar hogares e iglesias cada año. Sin embargo, si es un poco triste tener que guardar los adornos navideños, más triste aún es no tener adornos para guardar…
Tal es el caso de los habitantes de la ciudad de Nantes, en Francia, que vivieron una Navidad sin adornos, sin iluminación, sin árboles de Navidad, sin nada que les recordara el nacimiento del Salvador. En lugar de los tradicionales adornos navideños, el ayuntamiento decidió optar por una Navidad más inclusiva, tal y como explica en su web oficial: “No existe un único espíritu navideño: varía según la fe, la situación personal, la región y es producto de múltiples influencias.»
Una ciudad sin espíritu navideño
El municipio apostó por una Navidad del siglo XXI y, por ello, se preguntó: “¿Cómo podemos abrir nuestra imaginación y crear nuevos rituales a la vez que afrontamos los desafíos del presente?”. Desde esta perspectiva, la ciudad decidió crear el espectáculo artístico “Viaje de Invierno” y poner fin a lo que aún queda de la tradicional Navidad católica (sí, el pleonasmo “Navidad Católica” es necesario, en un país que aboga por el secularismo, como es el caso de Francia).
El centro de la ciudad de Nantes quedó desprovisto de las tradicionales guirnaldas navideñas y pinos, sustituidos por algunas estatuas luminosas y lámparas de colores, de dudosa belleza. Como explicó uno de los artistas, Vincent Olinet, “la idea era alejarse realmente del vocabulario navideño”. La ausencia del espíritu navideño provocó polémica y muchos habitantes consideraron la iniciativa del “Viaje de Invierno” como un ataque a las tradiciones navideñas.
Uno de los objetivos de este cambio, según explicó el municipio, era favorecer a los comerciantes del centro de la ciudad. La suma invertida en el proyecto artístico ronda el millón de euros. Sin embargo, como informa el periódico Ouest France, las actividades del centro no obtuvieron el buen rendimiento financiero esperado.
Por otro lado, en otro centro comercial de la ciudad, en el Pasaje Pommeraye, los vendedores invirtieron en adornos navideños tradicionales, pinos, guirnaldas, iluminación, con gastos mucho menores, alrededor de 23 mil euros, y atrajeron a personas que sí buscaban la “magia de la Navidad». De todos modos, incluso desde el punto de vista económico, el “Viaje de Invierno” no parece haber sido una buena iniciativa. Cabe recordar que este es el segundo año consecutivo que el ayuntamiento promueve una Navidad “alternativa” y que debería continuar durante otros cuatro años.
¿Ha desaparecido para siempre la Navidad tradicional en Nantes? (FM)
Deje su Comentario