El P. Patrick Pullicino es médico además de sacerdote y denunció una grave negligencia contra ancianos en la pandemia de coronavirus.
Londres (Miércoles, 29-04-2020, Gaudium Press) El P. Patrick Pullicino, además de sacerdote, es médico de larga trayectoria y se ofreció para trabajar en uno de los hospitales temporales creado para la pandemia de COVID-19, el Hospital temporal Nightingale de Londres. Este presbítero alertó sobre una grave situación de negligencia: mientras sobran camas para recibir pacientes, los ancianos son llevados a asilos sin atención médica suficiente. Por esta razón, los pacientes mayores corren grave peligro de muerte.
«Si alguien en un asilo contrae COVID, no se debe dejarlo allí. Usted tiene que monitorearlo, y si ellos llegan a cierto punto, deben llevarlos al hospital», indicó el P. Pullicino a Catholic News Service. «Usted no los deja morir con hipoxia y neumonía, ni los deja en cuidados paliativos en un asilo. Esta no es la manera de tratarlos, pero eso es lo que están haciendo».
Posible negligencia estatal contra ancianos
Aunque parecería una grave irregularidad, este es el protocolo establecido por el Departamento de Salud el día 02 de abril. En esta fecha, el organismo aconsejó al Servicio Nacional de Salud transferir a los pacientes mayores con COVID desde sus hogares a los asilos en lugar de llevarlos a los hospitales, según reportó CNS. El sacerdote denunció que esta conducta explica el número de camas disponibles en los hospitales temporales. En el Hospital Nightingale, donde labora como voluntario el P. Pullicino, sólo 51 pacientes han sido tratados en tres semanas.
«La mortalidad entre los ancianos en asilos ha sido terrible, con enormes números de personas muriendo», alertó el sacerdote. «Eso no es un sólo un error – tal vez fue un error – pero no hay empatía por estas personas. El NHS ha abandonado a muchos de estos ancianos enfermos». Las denuncias del sacerdote recuerdan otras similares sobre médicos que presionan a pacientes mayores a firmar formularios donde renuncian a tratamientos de reanimación.
El P. Pullicino es una vocación tardía y fue ordenado sacerdote en 2019 a la edad de 69 años, después de haberse retirado del ejercicio médico. Ante la pandemia y tras haberse recuperado de coronavirus, se ofreció para servir como médico voluntario.
Con información de Catholic Herald.
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