¿Cuál es la manera católica de pasar el año? “Un año lleno de misas, buenas comuniones, buenas confesiones… todo lo que alimenta nuestra comunión con Dios”, dice el sacerdote.
Redacción (29/12/2025 13:27, Gaudium Press) Saltar las olas del mar, vestirse con ropa blanca, comer uvas o lentejas para dar suerte, buscar predicciones de astrólogos que leen las manos o las conchas. Lejos de ser hábitos inocentes, supersticiones como esas son “pecados contra la virtud de la religión”, dijo a ACI Digital en 2021 el Padre Duarte Lara, exorcista de la Diócesis de Lamego, en Portugal.
“El pecado de superstición es una especie de adulterio espiritual”, dijo. “El mal está en esperar la salvación de una fuerza que no viene de Dios”, añadió el Padre. “El demonio aprovecha la brecha”.
Hay maneras católicas de atravesar el paso del año, recuerda el sacerdote. “La Iglesia concede indulgencia plenaria a todo fiel que, el último día del año, reza el Te Deum”. “Eso es algo muy bueno que podemos hacer en el paso del año, terminar el año agradeciendo a Dios”.
“En nuestra cultura, la superstición tiene una connotación menos pesada de lo que es desde el punto de vista teológico. Para muchos, superstición es incluso una tontería, algo que no tiene sentido y que hacemos para que nos dé suerte”, dijo el padre en 2021.
Pero, “desde el punto de vista teológico”, dijo, “superstición es un vicio, por lo tanto lo opuesto a una virtud, y va contra la virtud moral de la religión”. Según Duarte Lara, la virtud moral de la religión “es una disposición de nuestra voluntad a dar a Dios el culto que le es debido”.
“Hay fundamentalmente dos grandes vicios que se oponen a la virtud de la religión”: la irreligión y la superstición, dice el padre Duarte Lara. “La irreligión es no tratar como sagrado aquello que es sagrado”, es decir, “no tratar con la debida veneración las cosas sagradas”, los lugares sagrados, los días sagrados, la Biblia.
La superstición “es divinizar criaturas o alguna cosa creada – fuente de conocimiento, etc. –, que no son Dios. Tiene que ver con prestar el culto debido a Dios a alguna cosa que no es Dios. Eso es pecado”, dijo.
Idolatría, adivinación y magia
Según el exorcista, “la superstición se divide en tres grandes formas”: idolatría, adivinación y magia. La idolatría es “cuando divinizo alguna cosa que no es Dios. Hoy en día comienza a crecer la tendencia de idolatría de cosas humanas, del trabajo, de la salud, del éxito, del dinero. A veces hay personas que hacen de eso su dios”, lamentó.
La adivinación “es cuando divinizo una fuente de conocimiento que no viene de Dios”. Así, en vez de pedir a Dios, rezar, estudiar la Palabra de Dios “para ser iluminada”, la persona hace “otra cosa para ser iluminada por una luz que no viene de Dios. ¡Qué problema!”
Según el sacerdote, “en nuestra sociedad hay mil formas diferentes de adivinación”, como la invocación de los muertos, la observación de los astros, la lectura de la palma de la mano y varias otras.
El Padre Duarte Lara dijo que, cuando se recurre a la adivinación, se espera que “aquella persona, no cualquier persona, por alguna inspiración, consiga predecir el futuro”. “Eso implica poner mi confianza en esa fuente de iluminación, lo cual es algo imposible, aunque sea el demonio. Él no conoce el futuro. El demonio sí consigue predecir algunas cosas, así como nosotros conseguimos predecir si mañana va a llover. El demonio consigue eso un poco mejor, o sea, consigue conjugar las causas presentes y ver su dinámica natural y, por lo tanto, ver escenarios probables. El demonio también consigue predecir cosas que él mismo consigue causar. O sea, ve la palma de la mano y dice: ‘vas a tener un problema de salud el jueves próximo’ y, a veces, es él mismo que consigue causar ese problema de salud. Ahí, tampoco es un gran adivino, es una especie de truco”, dijo.
No recurrir a nada sino a Dios, la Virgen, sus ángeles y santos
Sobre la magia, el Padre Duarte Lara afirmó que “es la misma lógica de la adivinación”, es decir, “recurrir a alguna fuerza creada para obtener determinado efecto”. “Estoy recurriendo a una fuerza que no es Dios y pidiendo ayuda, básicamente, para el bien o para el mal, y en este último caso es claramente más pecado. La magia negra, además de ser un pecado contra la virtud de la religión, es también contraria a la caridad y a la justicia”, dijo.
El sacerdote cuestionó, entonces, qué lleva a una persona a practicar una superstición. Según él, “existen los que realmente creen”, personas que ya hicieron en años anteriores y creen que aquello les dio suerte, son “los convencidos”.
Por otro lado, hay personas que la practican como “un juego” y piensan que “vestirse de blanco, hasta da suerte”. “Las personas ven ese rito, ese acto parece bastante inocuo… eso no hace ningún mal. ¿Qué pierdo? No pierdo nada, es mejor arriesgarme”. Según el Padre Lara, “eso ya es pecaminoso, es una imprudencia, significa que no tiene claro en su corazón qué es ‘dar a Dios lo que es de Dios’”.
Además, “hay un asunto de escándalo, porque estoy incentivando a otros por medio de mi comportamiento”. El padre dijo también que algunas personas “incluso son contrarias a eso”, pero hacen determinada superstición de fin de año “porque están con los amigos y no quieren ser los únicos que no la hacen”. “Ahí entra la virtud de la fortaleza, es también un acto de cobardía”, afirmó.
Según el padre Duarte Lara, la “superstición es una especie de virus”. “Quien come uvas, salta olas, también lee el horóscopo… es todo una sola cosa, o sea, su disposición moral es de una apertura a esas fuerzas que se manifiestan de muchas maneras, no solo en el final del año. Eso muestra una fe débil y poco conocimiento de la Palabra de Dios”.
El sacerdote advirtió que, “cuando dejo de poner mi esperanza de salvación en Dios y la estoy colocando en otra fuerza sobrenatural, eso es peligroso y el demonio aprovecha esa apertura mía”.
Citó como ejemplo el caso de una joven que se decía católica, pero poco practicante. Cuando su padre murió, ella buscó adivinos para saber si él estaba bien. “Ese tipo de curiosidad abre la puerta. Fue una fase de su vida en que se fue envolviendo cada vez más con lo oculto, primero con una cosa que parecía buena. Se fue envolviendo y después fue necesario un exorcismo”, contó.
El Padre Duarte Lara dijo que, en esta época de paso de año, “las personas normalmente desean aquello que consideran necesario para su felicidad”, como salud, paz, amor, presencia de la familia, de los amigos. “eso manifiesta lo que traemos en el corazón, por la idea que tenemos de felicidad”, dijo.
Según él, “Jesús enseñó que la cosa más importante en nuestra vida en esta tierra es nuestra comunión con Dios, es vivir en gracia de Dios, es ser amigo de Dios”, dijo.
“Entonces, ¿cuál es la manera católica de pasar el año? Querido hermano, un 2022 lleno de la Palabra y del amor a Dios”, afirmó, y añadió: “un año lleno de misas, buenas comuniones, buenas confesiones… todo lo que alimenta nuestra comunión con Dios”.
Artículo de Natalia Zimbrão publicado en Acidigital






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