A los ataques ya sufridos en Bélgica, se suman ahora desplantes más inesperados, por provenir de la propia casa.
Redacción (15/10/2024 15:34, Gaudium Press) Harta polvareda ha levantado entre la progresía la visita del Papa a Bélgica. Además del ataque rastrero de profesores y estudiantes de la Universidad de Lovaina, quienes difundían un comunicado agresivo en el mismo momento en que Francisco discursaba en el claustro, seguido luego por el anuncio de convocatoria del nuncio por parte del primer ministro por supuesta intervención de política interna, se suman ahora desplantes más inesperados, por provenir de la propia casa.
En declaraciones que más parecen una renuncia a reconfigurar la sociedad de acuerdo con los postulados de Cristo, ahora el Obispo de Namur, Mons. Pierre Warin, ha dicho que “uno debe aceptar nuestra sociedad tal como es”. “Dudo que el Papa escriba todos sus discursos, pero uno debe tener en cuenta el contexto del país en el que se encuentra”, se ha aventurado a decir.
Por su parte Mons. Guy Harpigny, obispo de Tournai declaró a una televisión local: “El hecho de que el Papa quiera beatificar al rey probablemente proviene de algunos [católicos], pero los obispos nunca pidieron esto”. Se refería el prelado al deseo manifestado por Francisco en Bélgica, de canonización del Rey Balduino, quien en su momento se negó a firmar una ley de aborto.
Aunque Mons. Harpigny dijo estar de acuerdo con el Papa sobre el aborto, afirmó que “llamar a los médicos y ginecólogos ‘sicarios’… es un poco exagerado”.
A su turno, Mons. Johan Bonny, obispo de Amberes, se opuso al anuncio del Papa sobre la causa de beatificación de Balduino durante una misa al aire libre en Bruselas.
“Creo que sus consejeros no lo asesoraron bien!”, dijo el prelado al diario De Standaard. “Esos últimos minutos echaron una sombra sobre los tres días anteriores. Parece como si el Papa hubiera lanzado otra bomba y se hubiera ido. Eso es fácil”. Declaraciones verdaderamente absurdas, la de negar la posibilidad a un Pontífice de proponer el inicio de un proceso de beatificación a quien considera alguien especialmente virtuoso.
En las tres declaraciones, queda patente un deseo de no chocar contra el mundo, manteniéndose dentro de lo políticamente correcto a nivel local.
Con información de Infocatólica.
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