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El demisionado Arzobispo de París reafirma su inocencia de ligaciones con mujeres, y da detalles de los personajes sobre los que se vierten las insinuaciones.
Redacción (15/12/2021 11:25, Gaudium Press) No es solo chismerío, sino que se declara víctima de una tramoya, de una maquinación inteligentemente orquestada. Dice Mons. Michel Aupetit, el demisionado Arzobispo de París: “Soy víctima de un complot”, en palabras ofrecidas a Le Parisien, que constituyen sus primeras declaraciones específicas sobre lo que se ha llamado el ‘affaire Aupetit’, que al parecer, y de acuerdo a las palabras del Arzobispo, sí es más una orquestación que una realidad.
Monseñor se enfrentó a tres periodistas que no tuvieron reparo en preguntarle de todo. Y él respondió de todo, ratificándose como “enamorado de Cristo”, no de damas.
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En la entrevista Mons. Aupetit da más detalles sobre los personajes de las acusaciones-insinuaciones, detalles que refuerzan la tesis de complot contra un prelado que muchos consideraban demasiado conservador: “Me han indicado algunas personas, algunas redes que estaban disgustadas conmigo, y que han actuado”, dijo el obispo a Le Parisien.
Breve recuento
El 22 de noviembre pasado el semanario Le Point habla de un correo del prelado dirigido a una persona, que algunos creyeron que era una secretaria suya pero no; correo que indicaría una relación ambigua con ella. Se hablaba incluso de “masajes” que el Arzobispo le había hecho a esta persona:
“Era una persona que, como suele ser el caso cuando uno es sacerdote o médico, se liga a uno porque sufre de soledad”, declara Monseñor, y agrega: “Me escribía todos los días. Respondí a un correo electrónico y mi secretaria pudo leerlo, porque compartimos la misma bandeja de entrada de correo electrónico. No hubo ninguna relación. Esta persona una vez tuvo dolor de espalda. Le di un masaje para que se sintiera mejor. Quiero recordar que soy médico”, dijo. Uno de los puntos misteriosos es cómo obtuvo Le Point ese correo. Es claro, es universal la protección de las fuentes. Pero las fuentes no siempre pueden estar bien informadas, aunque así lo crean, no siempre obtienen la información por las vías apropiadas y no siempre están bien intencionadas.
Le Parisien también preguntó al Arzobispo sobre las palabras del Papa de regreso a Roma desde Atenas, en las que el Pontífice habló de faltas al sexto mandamiento y trató de “caricias” y “masajes” hechos a una secretaria: “Creo que haya un poco mezclado los elementos de la historia. Mi pobre secretaria no tiene nada que ver con esto. Conozco bien a su esposo y a su familia”, el prelado ha bautizado a algunos de sus familiares.
Pero como el Arzobispo ya era carne de cañón y presa de todos, Paris Match no dejó escapar la ocasión y supo estampar en sus páginas la semana pasada fotos suyas junto a la teóloga Laetitia Calmeyn, saliendo de un restaurante, caminando en un bosque, sumadas a un escrito pleno de insinuaciones.
“No tiene nada que ver con una relación amorosa o sexual”, declara Monseñor al respecto ahora. “Es una amistad a nivel personal y espiritual, estamos en sintonía. Es una bella persona, mucho más inteligente que yo y que me ayuda mucho a reflexionar. Laetitia Calmeyn está dotada de una gran delicadeza. Me parece innoble que esté siendo enlodada”, dijo.
Los periodistas insisten, y preguntan por las circunstancias de las fotos que publica Paris Match: La “encontré [a la teóloga] en un pequeño bistró para almorzar y luego salimos a caminar por el bosque. ¡Qué historia! Si ya no puedes comer con un amigo sin que haya un paparazzo para fotografiarte, ¿en qué mundo vivimos?”, responde el Arzobispo, declarando estar bajo bullying mediático orquestado.
Pero él, se ratifica en que seguirá dando la vida por Cristo hasta su muerte.
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