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Mons. Germán Medina habló sobre la renovación al Corazón de Jesús que se hará mañana en todo el país.
Foto: Conferencia Episcopal de Colombia
Redacción (15/06/2023 15:36, Gaudium Press) En la víspera de que Colombia renueve su consagración al Corazón de Jesús, lo que ocurrirá mañana en todas las diócesis del país, con una celebración especial en la Catedral primada en Bogotá, Gaudium Press conversó con Mons. Germán Medina, Obispo auxiliar en la capital, sobre el sentido de esta renovación, en el momento en que el país pasa por un álgido momento desde el punto de vista socio-político.
El acto de mañana renovará la consagración hecha el 22 de junio de 1902 por iniciativa de Monseñor Bernardo Herrera, entonces Arzobispo de la capital colombiana. El entonces presidente José Manuel Marroquín acudió al Sagrado Corazón, pidiéndole que devolviera la paz a un país desangrado por la guerra civil desde hace varios años. Cinco meses después se firmaría el tratado de Wisconsin, que pondría fin al conflicto.
Mons. German Medina participará del acto de renovación mañana en la Catedral, que será presidido por el Arzobispo de Bogotá, Mons. Luis José Rueda.
Gaudium Press: Monseñor Medina ¿qué efectos espera usted de la renovación de esa consagración? A veces se dice en sentido burlón que Colombia es el país del Sagrado Corazón… ¿Es Colombia el país del Sagrado Corazón?
Monseñor Medina: En el mejor sentido de la palabra, no en el sentido burlón.
Es una paradoja. Yo entiendo la paradoja. Siendo un país católico, en su gran mayoría católico, aunque está en proceso de transformación el hecho religioso en Colombia, vivimos violencias, injusticias, es una contradicción. Entonces entiendo un poco la pregunta: ¿qué es lo que pasa? ¿cómo así?
Lo que yo creo es que no hay duda, en nuestro país hay grandes contrastes y contradicciones que tienen sus raíces en causas históricas muy profundas. La misma cultura nuestra, la idiosincracia colombiana está afectada. Respiramos agresividad; las causas son diversas, es una conjugación de factores. Pero precisamente porque creemos que Jesucristo sana corazones, sana relaciones, renovamos nuestra consagración al Sagrado Corazón. Pedimos su intercesión para sanar, pero también nos abrimos a su Evangelio, a su buena noticia que es reconciliación, que nos muestra el camino de cómo reconciliarnos.
A veces andamos perdidos, cegados por los odios, por los sentimientos de venganza, de desquite, y hay que sanar todo eso: eso lo hace Jesús.
Gaudium Press: Monseñor estamos en una situación social y política en este país bien compleja, y como Monseñor decía, donde los odios se manifiestan de todos los lados. Pero en medio de esa situación uno siente la influencia de la Iglesia, el poder de Cristo en el alma de los católicos. ¿Esa consagración no es también una afirmación de que en medio de todas las tempestades, Cristo y su Iglesia están presentes en Colombia?
Monseñor Medina: Sin duda. El hecho de que la Iglesia preste un servicio al país – la Iglesia tiene sus contradicciones y está bien que las reconozcamos y mejoremos y busquemos santidad, por eso mañana mismo se pide por la santificación de los sacerdotes – [muestra que] la Iglesia es un signo, es un signo al país, es una señal de comunión. Posee el envío de Jesús para ser ministros de reconciliación.
La Iglesia en Colombia tiene un papel que jugar, un servicio en orden a acercarnos, a hacernos fraternos, y a construir un país mejor.
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