El ministro Christophe Castaner había dicho que para rezar no se necesita lugar de reunión.
París (11/05/2020 10:19, Gaudium Press) Mons. Bernard Ginoux, obispo de Montauban en Francia, responde preguntas de Pauline de Préval en atlantico.fr, sobre la reapertura de templos en su país, y las medidas que considera abuso de poder del Estado en este asunto.
“No comprendo”, dice el Obispo refiriéndose a que no pueda haber eucaristías con asistencia de personas desde hoy, 11 de mayo: “Todos los comercios reabren poco a poco. Aquello me parece un abuso de poder. El Estado no puede mezclarse en la manera como nosotros vivimos el culto. El debe ser el garante de su libertad. Ahora, si no se puede participar en la eucaristía, ¿dónde está esa libertad?”.
En la misa es el propio Cristo que pasa de la muerte a la vida y se hace presente en la eucaristía
El ministro del interior francés, Christophe Castaner, dijo recientemente que para rezar no es necesario lugar de reunión. Lo que muestra – según Mons. Ginoux – que “él olvida o conoce mal aquello que es la fe católica. Nuestra fe es nutrida por los sacramentos y particularmente por la eucaristía. La misa no es propiamente una reunión, una escucha de la palabra de Dios y de su comentario, como en la sinagoga o en la mezquita. En la misa, es el propio Cristo – que pasa de la muerte a la vida – quien se hace presente en la eucaristía, para que nosotros seamos alimentados de su presencia y la llevemos al mundo”. En la misa Cristo se hace presente realmente en cuerpo y sangre, recuerda el prelado.
¿Es la eucaristía un bien de primera necesidad? se pregunta al prelado, quien responde claramente: “Sí, es nuestro alimento esencial. Una necesidad vital a la vez para los fieles y para aquellos que la celebran. En cierto países donde la fe cristiana está poco desarrollada, personas caminan kilómetros para comulgar. Muchos han sido martirizados por ir a la misa”.
¿Y las celebraciones virtuales? “Es un paliativo”, responde el obispo de Montauban. “Cuando usted mira una comida en la televisión, aquello no lo alimenta. Igual, usted no puede ser alimentado por la eucaristía, incluso si la sigue en directo. Nosotros los sacerdotes no estamos al servicio de un Dios virtual, sino de Cristo que se torna realmente presente en las eucaristías”.
Enfatiza el obispo: “Si quiero poner a los fieles en comunión con él [Cristo], es preciso que ellos vivan en él directamente. Mi misión es de llevarles la presencia real. Zoom, WhatsApp, Skype, están bien, pero no es la misma cosa que abrazar a un ser querido con los propios brazos”.
Una forma errada de enfrentar la muerte
Mons. Ginoux también hace importantes consideraciones sobre lo errado de cómo los hombres de nuestro tiempo afrontan la muerte.
“Estamos en una sociedad que ha descartado la muerte – afirma. Algunos jóvenes e incluso algunos adultos jamás se han enfrentado a la muerte, y cuando la encuentran, están desamparados”. “Es necesario que re-encontremos la muerte. Es preciso que volvamos a hallar el sentido de la vida y de la muerte. Primero, es necesario que hagamos comprender a la gente que la vida tiene un fin y que este fin, no lo decidimos, contrariamente a aquello que se pretende con el suicidio asistido. Sino que para nosotros los cristianos, cuando se anuncia la muerte, se anuncia la resurrección. Este es el porqué de la presencia de los ministros de la Iglesia al lado de los enfermos y de las personas al final de su vida, algo esencial. Ella lleva esperanza: Todo no se acaba ahí. La vida continúa. Mi vida sobre la tierra ha sido un paso, pero lo esencial, es la vida que viene”.
A la gente de nuestros días, que no ven porvenir, “es necesario decirles que ese porvenir está siempre ahí. Está aquí, pero este ‘aquí’ prepara el día de mañana, es decir, mi destino eterno”. Y por ello es esencial la eucaristía, pues “cuando vivo la eucaristía, vivo a la vez la muerte de Cristo y su resurrección. Yo recibo el alimento para la vida eterna”.
Deje su Comentario